martes, 7 de octubre de 2014

LÍDER DE COREA DEL NORTE LLEVA UN MES SIN APARECECER PÚBLICAMENTE Y SE SUSCITAN RUMORES SOBRE SU REAL SITUACIÓN

La noticia de septiembre en Corea del Norte  es que el presidente, Kim Jong-un, lleva un mes sin aparecer. Los rumores, como siempre, son variados. Hay dos que predominan: tiene gota por comer demasiado queso o tiene los tobillos rotos por llevar tacones cubanos y ser obeso.

Los rumores van por los pies porque en julio apareció en público con cojera:
El régimen también ha insinuado que algo pasa. A finales de septiembre, Kim no apareció en una importante sesión en el Parlamento. En un documental de una hora, el locutor decía esta frase:
La riqueza y la prosperidad de nuestro socialismo es gracias a los esfuerzos dolorosos de nuestro mariscal, que sigue iluminando el camino para el pueblo, como el destello de una llama, a pesar de sufrir una indisposición.

Este inaudito reconocimiento hizo saltar la atención. Pero al menos dos altos cargos han negado que a Kim le pase algo. Primero, el 2 de octubre, So Se Pyong, embajador de Corea del Norte en Naciones Unidas en Ginebra, dijo en una rara entrevista con Reuters que las noticias sobre la enfermedad de Kim  eran “rumores fabricados”.

Segundo, el 4 de octubre, en una visita rápida de una alta delegación norcoreana a la ceremonia de clausura de los Juegos Asiáticos en Corea del Sur, hubo una reunión con dirigentes del Sur. El ministro surcoreano encargado de la Reunificación, Ryoo Kihl-jae, dijo a una tele nacional:
Le dije al secretario Kim Yang Gon mientras estábamos en un coche que [Kim Jong-un] estaba “indispuesto” y le pregunté por su salud, y el secretario Kim me dijo que no había ningún problema.

La pregunta es evidente: si son “rumores” y “no hay ningún problema”, ¿por qué un vídeo norcoreano decía que Kim estaba “indispuesto”?

Puede ser, claro, que ocurra algo pero no sea nada grave. Desde que es presidente en diciembre de 2011, Kim ha desaparecido otras tres veces en el 1012 y el 2013,  pero en ninguna más de tres semanas. El día 10 se celebra en Pyongyang la fundación del Partido de los Trabajadores. Si no está Kim, será interesante ver quién ocupa su lugar.

En esa visita a Corea del Sur de una alta delegación iba Hwang Pyong So, vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa y el principal cargo político en el ejército popular. Es una especie de número 2 de Kim. Aunque, como dice aquí Jonathan Pollack, de la Brookings Institution, en Corea del Norte “no hay un número 2, es un sistema real, dinástico”.

Hwang iba acompañado de otros altos cargos del gobierno y el Partido. Volaron en un avión de Kim Jong-un y con unos guardaespaldas que parecen los del líder.  Según los expertos, el objetivo del viaje -renovar las estancadas conversaciones con el Sur-, el altísimo nivel de la visita y estos detalles indican que viajaban con la aprobación de Kim que seguiría por tanto al mando, solo que “indispuesto”.

Pero hay otra teoría: Kim Jong-un es solo una marioneta. La teoría es de un ex funcionario del Ministerio de Seguridad y poeta, Jang Jin-sung. Hablé de él aquí por su libro Querido Líder, donde daba detalles desconocidos de Kim. Ahora Jang es un observador del Norte desde Seúl. Dice que sigue teniendo fuentes dentro del régimen.

La teoría de Jang sobre un golpe de Estado no es de este mes, sino de diciembre, cuando ejecutaron al tío de Kim, Jang Song Thaek. No es la única renovación en el mandato de Kim Jong-un: más de cien de entre los 218 principales líderes militares y políticos del país han sido reemplazados y el jefe del ejército ha cambiado tres veces en 15 meses. Según el Financial Times  no se había visto algo así desde los años 50. Y ahora Kim desaparece.

Nada de esto es comprobable ni es realmente significativo si no hay consecuencias: mande Kim Jong-un o mande en la oscuridad un grupo de altos cargos, poco cambia. Pero sin una figura de referencia hay más opciones de rebeldías y sorpresas.

En julio,  según la inteligencia surcoreana, “altos cargos del ejército y del Partido de los Trabajadores se oponen cada vez más a las políticas o ignoran las órdenes de Kim Jong-un”. La réplica al líder es algo difícil de imaginar con sus antecesores.

Ponen un ejemplo. En una reunión, Kim quería construir centrales hidroeléctricas, pero altos cargos le dijeron que la única solución real era plantas nucleares. “Kim se enfadó, les despidió allí mismo y les rebajó sus rangos”, según la fuente.

Esta sensación de caos puede quedarse dentro del régimen. Pero las disputas por el poder y la dirección del país pueden llevar a otras consecuencias. Sería más una guerra civil entre mandatarios que una revuelta popular, de la que no hay indicios.

Corea del Norte ya no es el país hermético de los años 90. Los mercados han dado opciones, poder y dinero a más sectores. Las divisiones serán más crudas. La renovada apertura de este fin de semana a Corea del Sur puede ser para evitar la dependencia exclusiva de China.

También desde hace semanas Corea del Norte espera negociar con Estados Unidos por tres americanos encarcelados. De momento Estados Unidos espera. Quizá esperen porque creen que puede ocurrir algo en Corea del Norte.


Nadie sabe nada con certeza de un país como Corea del Norte. Ni siquiera dirigentes. Pero hay demasiadas coincidencias como para no sospechar algo (Fuente: World Wide Blog, Jordi Pérez Colomé. Foto: EFE).

No hay comentarios:

Publicar un comentario