Tras una década de crecimiento económico, bonanza fiscal, superávit
comercial y acumulación de reservas internacionales en la mayoría de países de
América Latina, el boom se termina y un nuevo ciclo de desaceleración económica
se presenta en el horizonte cercano para la región. El constante auge-declive
de esta parte del planeta se cumple nuevamente cuando las espadas de la
restricción externa nos atacan una vez más.
Precisamente, el primer sonido de la alarma viene por el lado del
déficit externo. Los tiempos de los números azules en las balanzas comerciales
se fueron. Basta ver las cuentas externas de países como Perú y Chile y la
caída dramática del superávit comercial de la Argentina para darse cuenta de
que el éxito del modelo basado en exportación de materias primas era realmente
insostenible.
Los precios de los commodities entran en un segundo año de corrección a
la baja en el 2014 y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) señala
que el 2015 también lo será. Los capitales de corto plazo se repliegan al norte
global al tiempo que se normaliza la política monetaria norteamericana, lo
mismo que la inversión extranjera directa. Esto sumado a la desaceleración, no
se sabe que tan rápida y violenta, de la economía china crean una incertidumbre
que obliga a poner todos los esfuerzos especialmente en políticas
productivas.
Aquellos países que impulsaron el crecimiento con la subida de salarios
ya no podrán seguir haciéndolo si quieren cerrar la brecha externa y
aquellos que no lo hicieron debido a un inequitativo pacto fiscal, harán pagar
también a la clase trabajadora en primer término por las facturas de los
años de bonanza.
¿Qué hacer? ¿Cómo relanzar la economía regional?
Desde Economía Crítica invitamos a repensar la estrategia de crecimiento, poner prioridad en políticas industriales sustentables, combatir la elusión tributaria de las transnacionales, desarrollar cadenas regionales de valor y sobre todo evitar cerrar los déficits a costa de quienes no se beneficiaron de la farra económica (Fuente: Revista Economía Crítica, N 12).
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