Decenas de países mantienen numerosas leyes que
discriminan a las mujeres y legalizan la poligamia, la violación marital y el
secuestro, entre otras cosas, en contravención de diversos tratados y
resoluciones internacionales.
Arabia Saudita, Bahamas, Chile, República
Democrática del Congo, Cuba, República Dominicana, India, Irán, Kenia, Malí,
Malta, Nicaragua, Nigeria y Yemen, entre otros, pertenecen a este grupo de países
con discriminación sexual, denunció en un estudio de la organización Igualdad
Ya, con sede en Estados Unidos.
Los mismos gobiernos y
personas que condenan la igualdad de derechos para las mujeres como nociones
extranjeras, occidentales, coloniales o inmorales, o piden
"paciencia" o sensibilidad cultural "no tienen ningún reparo en
emplear la medicina, las armas, la tecnología, la educación, los medios de
comunicación y, probablemente, el Viagra y la pornografía de Occidente”: Sanam
Anderlini.
“Nuestro informe es una muestra representativa de
discriminación sexual en las leyes de una serie de países, que perjudican o
limitan a las mujeres o niñas a lo largo de su vida de muchas maneras”, explicó
a IPS la asesora legal de Igualdad Ya, Antonia Kirkland.
“Instamos no solo a estos países, sino a todos los
gobiernos del mundo, que revoquen inmediatamente toda ley restante que
discrimine por motivos de sexo, como se pide en la Plataforma de Acción de
Beijing 1995″, exhortó.
En 2000, la Asamblea General de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) fijó el plazo de 2005 para hacerlo, recordó.
Este año, la ONU, con el liderazgo de ONU Mujeres, conmemorará el 20 aniversario de la
histórica Conferencia de la Mujer de Beijing analizando sus éxitos y fracasos.
El análisis de Igualdad Ya, lanzado el 14 de este
mes, identifica decenas de leyes discriminatorias.
Por ejemplo, en Malta, si un secuestrador “tras
secuestrar a una persona, se casa con (ella), no será pasible de acciones
legales”. Nigeria considera lícita la violencia “de un marido con el propósito
de corregir a su esposa”. En República Democrática del Congo “la mujer está
obligada a vivir con su marido y a seguirlo dondequiera que él crea
conveniente”. Y en Guinea “la mujer puede tener una profesión distinta a la de
su marido a menos que él se oponga”.
La hipocresía y el doble discurso están
generalizados, no solo con respecto a la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW) o el Plan de Acción de Beijing, sino también en cuanto
a la Declaración Universal de Derechos Humanos, que todos los países
firmaron, aseguró Sanam Anderlini, directora de la Red Internacional de Acción
de la Sociedad Civil (ICAN), una organización independiente de Estados
Unidos.
Según Anderlini, el problema se agrava por la falta
de equidad básica. Por ejemplo, no hay igualdad de remuneración para hombres y
mujeres en Estados Unidos.
“Tenemos que llamarlo por lo que es, sexismo
aprobado universalmente”, subrayó a IPS.
Se ponen excusas culturales para impedir el cambio
de la ley en cada contexto, pero dada lo generalizada que es la situación, “tenemos
que ser sinceros, es sexista y tiene que ver con el poder”, sostuvo Anderlini.
El informe señala que en 2014 Kenia adoptó una
nueva ley de matrimonio que permite la poligamia, incluso sin el consentimiento
de la primera esposa.
Malí modificó su Código de Familia en 2011 y
rechazó la oportunidad de eliminar el artículo discriminatorio referido a la
“obediencia de la mujer”, mientras que el nuevo Código Penal de Irán aprobado
en 2013 estipula que el testimonio de una mujer vale menos que el de un hombre.
No existen motivos válidos para que los países
destacados por el informe, y muchos más, no modifiquen sus leyes, afirmó
Kirkland, de Igualdad Ya.
Los derechos de las mujeres y las niñas deben estar
protegidos y promovidos para que puedan comenzar la vida en igualdad de
condiciones y alcanzar su pleno potencial, destacó.
“Sin igualdad en la ley, jamás podrá haber igualdad
en la sociedad”, sostuvo Kirkland.
Actualmente, el Comité de la ONU para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer se encuentra en sesión en
Ginebra, como lo hace periódicamente, para examinar los informes de varios de
los 188 Estados parte de la Cedaw.
En el actual período de sesiones, el Comité de 23
expertos independientes examina la aplicación de la Cedaw por parte de Azerbaiyán,
Dinamarca, Ecuador, Eritrea, Gabón, Kirguistán, Maldivas y Tuvalu.
Las leyes discriminatorias citadas en el informe
también incluyen la ley de matrimonio de Kenia, aprobada en 2014. “El
matrimonio celebrado por el derecho consuetudinario o el derecho islámico se
presumirá que es polígamo o potencialmente polígamo”, establece.
Una ley aprobada por India en 2013 señala que “las
relaciones sexuales o los actos sexuales de un hombre con su propia esposa,
siendo la esposa no menor de 15 años de edad, no constituyen violación”.
Leyes similares en Bahamas y Yemen también permite
la violación marital.
En Estados Unidos, una niña o niño nacido fuera del
matrimonio solo recibirá la ciudadanía si se establece “una relación sanguínea
entre la persona y el padre” o si “el padre (salvo que haya fallecido) haya
acordado por escrito brindar apoyo financiero a la persona hasta que… cumpla 18
años”.
En Arabia Saudita una norma de 1990 impone la
prohibición de “la conducción de automóviles por parte de las mujeres”, ya que
“es una fuente de vicios innegables”.
Y en Chile el Código Civil establece que “el marido
es jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y
los de su mujer”.
Es hora de que haya un índice anual de países que
exhiba claramente su hipocresía en relación con la igualdad de género,
recomendó Anderlini, de la ICAN.
Las declaraciones públicas, las promesas e incluso
las ratificaciones no tienen sentido si no hay medidas ni resultados positivos,
expresó.
“¿Por qué no contar con un proceso… por el cual los
países obtengan reconocimiento según sus acciones (o) resultados demostrables,
y no solo por lo que dicen o firman?”, sugirió.
Un análisis de la historia, la religión o las
tradiciones de muchos países revela pruebas abundantes sobre los derechos y la
igualdad de las mujeres, pero quienes interpretan y relatan el pasado,
habitualmente los hombres, las borran, observó la activista.
El islam, por ejemplo, no solo afirma que las
mujeres y los hombres fueron creados iguales, sino que defiende expresamente la
igualdad de derechos en referencia a la educación y la remuneración, entre
otras cosas, explicó.
Los mismos gobiernos y personas que condenan la
igualdad de derechos para las mujeres como nociones extranjeras, occidentales,
coloniales o inmorales, o piden “paciencia” o sensibilidad cultural “no tienen
ningún reparo en emplear la medicina, las armas, la tecnología, la educación,
los medios de comunicación y, probablemente, el viagra y la pornografía de
Occidente”, concluyó (Fuente: IPS).
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