El desafío en la lucha contra
la desigualdad es que los que salen de la pobreza no vuelvan a caer, sostuvo en
una conferencia en Paraguay el director del Grupo Banco Mundial para el Cono
Sur de las Américas, Jesko Henstchel.
"Más importante (que reducir los índices de pobreza) es generar una
sostenibilidad para que los logros no se vayan porque haya una sequía o un
brote de aftosa, es decir, los logros deben ser a largo plazo, para que la
persona que sale de la extrema pobreza no vuelva a caer" en ella,
sostuvo el portavoz.
Ante empresarios, economistas
y autoridades del sector, Henstchel expuso una estrategia de tres ejes para
reducir la pobreza en Paraguay: el principal es proteger a los más pobres de la
volatilidad de la economía.
El
segundo punto es mejorar la calidad de los servicios públicos para la población
más pobre y vulnerable y el tercero, fomentar la inclusión financiera.
El organismo financiero
internacional recomienda al Gobierno
que recaude más y destine los fondos a salud, educación y caminos en zonas pobres;
ofrecer créditos y asistencia para hacer frente a situaciones de emergencia.
El plan gubernamental del
presidente Horacio Cartes, quien asumió en 2013, es reducir a 9 por ciento la
pobreza extrema cuando culmine su gobierno en 2018 y aumentar en 30 por ciento
los ingresos del 15 por ciento de los hogares más pobres (unos 130 mil) en los
cinco departamentos (provincias) más pobres del país.
Con
una población de casi 7 millones de habitantes, a pesar de sus riquezas
naturales, dos grandes represas hidroeléctricas y gran exportador de granos y
de carne bovina, Paraguay padece una marcada desigualdad económica.
Se estima la pobreza extrema en 19 por ciento,
según cifras de organizaciones no gubernamentales y 7 por ciento, según cifras
oficiales (Fuente: Andina. Foto: Gestión).
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