Por:
Regois
Mas el laúd, la barcaza y la lira se me han extraviado hace mucho
tiempo. Mi voz se ha envilecido de noche y de soledad. Mi alma, acostumbrada a
contemplar la inmensidad del cielo desde la más profunda oquedad, se resiste a
creer que hay algo más que muros inmisericordes y débiles luces a su alrededor.
Mis pies se niegan a emprender caminos que conducen indefectiblemente al mismo
lugar de donde partieron.
No busco el cielo en tu piel, ni la salvación en tus labios, sólo la
música de tu alma en armonía con la mía, renacida, por todos los días...
(*) Poema inédito del abogado y poeta Sergio Verástegui Valderrama.
Rincón literario de URPI
para los que inspiran sus acciones en la lectura.
Boletín virtual de los sábados.
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