DEL DIARIO DE ANA FRANK
- Tras
la invasión de Holanda, los Frank, comerciantes judíos alemanes emigrados
a Ámsterdam en 1933, se ocultaron de la
GESTAPO en una buhardilla anexa al edificio donde el padre de Ana tenía sus oficinas. Eran
ocho personas y permanecieron recluidas desde junio de 1942 hasta agosto
de 1944, fecha en que fueron detenidos y enviados a campos de
concentración. En ese lugar y en las más precarias condiciones, Ana, a la
sazón una niña de trece años, escribió su estremecedor Diario: un
testimonio único en su género sobre el horror y la barbarie nazi, y sobre
los sentimientos y experiencias de la propia Ana y sus acompañantes. Ana
murió en el campo de Bergen-Belsen en marzo de 1945. Su Diario nunca
morirá.
Querida
Kitty:
“Después
de Año nuevo...descubrí mis deseos de tener...un amigo o novio; no quería una
amiga mujer, sino un amigo varón. También descubrí dentro de mí la felicidad y
mi coraza de superficialidad y alegría. Pero de tanto en tanto me volvía
silenciosa. Ahora no vivo más que para Peter, porque de él dependerá en gran
medida lo que me ocurra de ahora en adelante.
Y
por las noches, cuando acabo mis rezos pronunciando las palabras “Te doy las
gracias por todas las cosas buenas, queridas y hermosas”, oigo gritos de
júbilo dentro de mí, porque pienso en esas “cosas buenas”, como nuestro
escondite, mi buena salud y todo mi ser, en las cosas queridas, como Peter y
esa cosa diminuta y sensible que ninguno
de los dos se atreve a nombrar aún, el amor, el futuro, la dicha, y en las
cosas hermosas como el mundo, la
Naturaleza y la gran belleza de todas las cosas
hermosas juntas.
En
esos momentos no pienso en la desgracia, sino en todas las cosas bellas que aún
quedan. Ahí está la gran parte de la diferencia entre mamá y yo. El consejo que
ella da para combatir la melancolía es: “Piensa en toda la desgracia que hay
en el mundo y alégrate que no te pase a ti”.
En
mi opinión, la frase de mamá no tiene
validez, porque ¿qué se supone que tienes que hacer cuando esa desgracia sí te
pasa? Entonces, estás perdida. Por otra parte, creo que toda desgracia va
acompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella, descubres más alegría y encuentras mayor equilibrio. Y
el que es feliz hace feliz a los demás; el que tiene valor y fe, nunca estará
sumido en la desgracia.
Rincón literario de URPI para
los que inspiran sus acciones en la lectura.
Boletín virtual de los sábados.
Hermoso libro. Aquél que lo lee, jamás olvida la inocencia, el amor, la timidez, la esperanza y todos aquellos sentimientos que comparte.
ResponderEliminar