Por: Regois
Un día de agosto o de abril,
entre una banca, un farol y un jardín,
mirando el vuelo de las horas,
sufriendo la apatía de los espejos,
escudriñando entre tus cabellos
madrugadas de tinto resplandor.
Una tarde de lluvia o de sol,
entre seis cuadras y diez semáforos,
colmando de espera los labios,
golpeando con dudas la mente,
adivinando entre tus sonrisas
corredores de cómplice placer.
Una noche de multitud o de soledad,
entre risas, suspiros y música lejana,
aguardando bailes interminables,
imaginando ríos de fiesta sobre tu piel,
construyendo siempre un pasado
que jamás hubiese querido evocar.
Una semana de espera o de olvido,
entre senderos y anhelos extraviados,
implorándole a mi pasión tu partida,
mendigándole versos a una musa inútil,
forjando con sueños las crueles dagas
que mi corazón no supo vencer jamás.
¿Qué importaban los días y las noches?
¿Qué importaban las semanas perdidas?
Si, cuando inicié el juego,
no sabía aún lo que era perderme
en un día de agosto o de abril.
(*) Tomado del
poemario inédito de “Regois” seudónimo del joven poeta y abogado Sergio
Verástegui Valderrama.
Rincón literario de URPI para los que inspiran sus
acciones en la lectura.
Boletín virtual de los sábados.
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