sábado, 15 de marzo de 2014

UCRANIA: UNA CUESTIÓN DE GEOPOLÍTICA


 

 Por: Ricardo Verástegui López

 
 

Los hechos que vienen aconteciendo en Europa del este, donde Rusia ha invadido Crimea, parte del territorio de la República de Ucrania, con la intención de anexarlo mediante un referéndum que realizará el parlamento regional  en Crimea el próximo domingo 16 de marzo, nos traen a la memoria lo hecho por el régimen nazi cuando se apropió de la región de los Sudetes de la entonces Checoeslovaquia con el pretexto de proteger a las minorías alemanas existentes en esa zona fronteriza.

Para ello Adolfo Hitler utilizó como su caballo de Troya al Partido Alemán de los Sudetes quien, fusionado luego con el Partido Nazi Alemán, presionó para preparar el terreno para la ocupación germana del territorio checo.

Hitler, después de ocupar militarmente esta región en octubre de 1938, invadió el resto de Checoslovaquia en marzo del año 1939. ¿La razón? Abrir las puertas  de Europa del este a la voracidad insaciable de Berlín.

En el caso del gobierno ruso, presidido por Vladimir Putin, es lograr que Rusia tenga bajo su total dominio la estratégica península de Crimea frente al mar negro, situada al sur de Ucrania y en la que actualmente la flota de la marina rusa tiene su centro de operaciones.

Por un acuerdo entre Ucrania, ciudad portuaria de este país, y Rusia, la permanencia de la flota rusa culminará el año 2042. Presencia que Moscú no quiere perder, pues le permite controlar la mayor parte de la actividad económica de esta zona.

Para el efecto, el régimen moscovita está  utilizando  como un ariete a las autoridades de la rebelde autonomía ucraniana de Crimea que quiere integrarse a Rusia, mayoritariamente rusa en este territorio, pero una importante minoría en Ucrania.

Putin ha dicho que no puede desoír el pedido de autonomía de Crimea y que, según el mandatario moscovita, se basan en el Derecho Internacional y que las medidas de presencia militar rusa en el área sólo buscan defender al pueblo mayoritariamente ruso de la península, amenazado por las fuerzas radicales ucranianas.

En una conversación, sostenida el domingo 9 de este mes con la canciller alemana, Ángela Merkel y el primer ministro británico, David Cameron, no sólo ha defendido la legitimidad del próximo referéndum, sino que ha compartido con éstos su “preocupación” por la falta de acción de las nuevas autoridades ucranianas para contener la arbitrariedad de las fuerzas radicales y ultranacionalistas en la capital y otras regiones.

 

(*) Periodista-

 

 

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