Rusia acusó hoy a Turquía, y
en concreto a su presidente, Recep Tayyip Erdogan, y su familia, de
beneficiarse del tráfico de petróleo robado por el Estado Islámico en Siria e Irak.
"Según nuestros datos, en
este negocio criminal están involucrados el alto liderazgo turco, el presidente
Erdogan y su familia", dijo el viceministro de Defensa ruso, Anatoli
Antónov, en conferencia de prensa.
El Ministerio de Defensa, que
adelantó que colgará en breve en su página web un informe detallado que
confirma sus acusaciones, respondió así al presidente turco, quien desafió a
Moscú a presentar pruebas sobre la implicación de Ankara en ese negocio.
Antónov subrayó que "los
ingresos por la venta de petróleo -unos 2.000 millones de dólares- es una de
las más importantes fuentes de (financiación de) las actividades de los
terroristas en Siria", que dedican ese dinero a reclutar mercenarios y
comprar armamento.
"El principal consumidor
de ese petróleo robado a sus legítimos propietarios en Siria e Irak es
Turquía", subrayó el viceministro, quien acusó a Ankara del "saqueo
de sus vecinos".
Rusia dice haber descubierto
tres rutas por las que el petróleo robado en Siria e Irak es transportado a
territorio turco, desde donde sería exportado en barcos petroleros a terceros
países.
Los yihadistas dispondrían de
unos 8.500 camiones cisterna para transportar diariamente "hasta 200.000
barriles de petróleo" desde los yacimientos bajo su control.
Según Antónov, ésta es solo
parte de la información en poder de Rusia sobre "los horribles crímenes
cometidos por los dirigentes turcos, que financian directamente el terrorismo
internacional".
"Estoy seguro que ahora
dirán que todo esto que estamos viendo hoy es una falsificación. Pues venga, si
no hay nada de esto, pues que permitan acceder a la prensa a esos lugares que
hemos enseñado", señaló.
Negó que "la dimisión de
Erdogan" sea el objetivo que persiga Rusia con estas acusaciones, que
tienen lugar después de que Turquía derribara la pasada semana un bombardero
ruso Su-24 en la frontera siria.
"Eso es un asunto del
pueblo turco. Nuestro objetivo es la lucha conjunta para cerrar las fuentes de
financiación del terrorismo", dijo.
Aunque se mostró muy escéptico
sobre la posibilidad de que las autoridades turcas reconozcan su
responsabilidad.
"Conocemos el valor de
las palabras de Erdogan. No dimitirán los dirigentes, en particular Erdogan, y
no reconocerán nada incluso si sus caras estuvieran manchadas de petróleo
robado", dijo.
El presidente ruso, Vladímir
Putin, acusó el lunes a Turquía de derribar el Su-24 para garantizar la
seguridad de los suministros de petróleo del EI.
"Tenemos todos los
motivos para suponer que la decisión de derribar el avión fue dictada por el
deseo de garantizar la seguridad de las vías de suministro de petróleo al
territorio de Turquía", dijo al término de la Cumbre del Clima en París.
Erdogan prometió dimitir si se
demuestra la acusación del jefe del Kremlin, que declinó reunirse con él en la
capital francesa por negarse a disculparse formalmente por el incidente
(Fuente: EFE).
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