sábado, 22 de junio de 2013

PÁGINAS MEMORABLES: LA IMPORTANCIA DE LA MEMORIA


Por: Ricardo Verástegui López

 

Es casi común oír decir que es mejor olvidar ciertos hechos que pueden dañarnos espiritualmente y agraiearnos afectivamente, que no debemos hacer memoria de los mismos, pues de nada de sirve esto.

Sin embargo, no hacer memoria de todos aquellos acontecimientos que han ido marcando nuestro desarrollo humano, desde que pudimos percibirlos, nos lleva a una pérdida de identidad, pues quien no tiene memoria de sí mismo no sabe quién es y, más grave aún, no podrá saber a dónde dirigir sus pasos para realizar su existencia.

Seremos como el personaje de  “Alicia en el país de las Maravillas”,  que llegado a la bifurcación de un camino en dos senderos, no sabremos cuál de ellos tomar y es posible que elijamos el que nos conduzca al fracaso, cuando no a la cancelación de nuestra propia existencia.

Hacer memoria de lo vivido como personas y como pueblos nos lleva a descubrir nuestras posibilidades y limitaciones, nuestras virtudes y nuestros defectos, a corregir errores, optimar lo positivo, y adquirir la sabiduría necesaria para enfrentar los nuevos desafíos que se nos presenten en el día a día que, enfrentados por nosotros, escribirán nuestra historia personal y como comunidad.

Personas y pueblos que no tienen memoria de sí mismos pasarán como aquellos  NN, de los que no se sabe qué hicieron ni quiénes fueron. De las que sólo se constata su paso por la vida porque allí están sus cuerpos, pero se ignora sus obras, sus proyectos, sus anhelos, en una palabra, su existencia.

En nuestro país hacer memoria nos traerá al presente las causas de aquellas barreras que nos dividen, que impiden que nos articulemos realmente como una comunidad, una y diversa, así como nos hará ser conscientes de los elementos que nos identifican como iguales,  y con ello encontrar conjuntamente (sin anteponer intereses particulares de cualquier orden) los caminos que nos conduzcan al buen vivir, esto es, los caminos que nos conduzcan a una genuina libertad y paz basadas en la justicia social.

Libertad y paz que, sin justicia social, serán flatus voci (pura voz). 

 

(*) Periodista.

 

 

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