El papa Francisco señaló hoy, en una audiencia
ofrecida a los participantes de la 38 Conferencia de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el "escándalo" que supone que millones
de personas pasen hambre y denunció, al mismo tiempo, la especulación financiera en los precios de
los alimentos.
Al recibirlos en el Vaticano, el Papa recordó en un
discurso en castellano que la crisis económica, los conflictos abiertos, y el
cambio climático complican la situación de la lucha contra el hambre, pero en,
su opinión, el "verdadero escándalo" es que haya millones de personas
que sufren y mueren de hambre "cuando es bien sabido que la producción de
alimentos actual es suficiente" para todos.
"Es
necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de
la tierra, no sólo para evitar que aumente la diferencia entre los que
más tienen y los que tienen que conformarse con las migajas, sino también, y
sobre todo, por una exigencia de justicia, equidad y respeto a todo ser
humano", dijo el papa Francisco.
El Pontífice hizo un
llamamiento a "hacer algo más para dar vigor a la acción internacional en
favor de los pobres, no sólo
armados de buena voluntad o, lo que es peor, de promesas que a menudo no se han
mantenido".
Advirtió de que en la lucha contra el hambre
"no se puede seguir utilizando como coartada la crisis global actual"
mientras que exista, entre otras cosas, "la especulación financiera, que
en este momento condiciona el precio de los alimentos, tratándolos como
cualquier otra mercancía y olvidando su destino primario".
Ante ello, insistió en que "es necesario
oponerse a los intereses económicos miopes y a la lógica del poder de unos
pocos, que excluyen a la mayoría de la población mundial y generan pobreza y
marginación, causando disgregación en la sociedad, así como combatir esa
corrupción que produce privilegios para algunos e injusticias para
muchos".
El jefe espiritual de la Iglesia Católica romana, además
de señalar que la actual situación está "directamente relacionada con
factores financieros y económicos", agregó que "es también
consecuencia de una crisis de convicciones y valores, incluidos los que son el
fundamento de la vida internacional".
El Papa destacó entonces la necesidad de que la
comunidad internacional y la misma FAO emprendan una seria reconstrucción, como
la iniciada por este organismo "para garantizar una gestión más funcional,
transparente y ecuánime", y tomen "mayor conciencia de la
responsabilidad de cada uno".
Francisco también pidió que "las relaciones
internacionales restablezcan esa referencia a los principios éticos que las
regulan y redescubran el espíritu auténtico de solidaridad que puede hacer
incisiva toda la actividad de cooperación".
El Prelado aplaudió la idea de la FAO de dedicar el
próximo año a la familia rural, pues consideró que "hay que reforzar la
convicción de que la familia es el lugar principal del crecimiento de cada uno,
pues a través de ella el ser humano se abre a la vida y a esa exigencia natural
de relacionarse con los otros".
En conclusión pidió al organismo de la ONU que dé
un nuevo impulso "a los procesos de toma de decisiones" y que estos
se caractericen "por la promoción de la cultura del encuentro y de la
solidaridad" (Fuente: EFE).
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