Por: Manuel González Prada
Si la ignorancia de los gobernantes i la servidumbre
delos gobernantes fueran nuestros
vencedores, acudamos a la Ciencia, ese redentor que nos enseña a
suavizar la tiranía de la Naturaleza, adoremos la Libertad, esa madre enjendradora
de hombres fuertes.
No hablo, señores, de la ciencia modificada que va
reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrógradas: hablo de la Ciencia
robustecida con la sangre del siglo, de la Ciencia ideal de radio jigantesco,
de la Ciencia que trasciende a juventud i sabe a miel de panales griegos, de la
Ciencia positiva que sólo un siglo de aplicaciones industriales produjo más
bienes a la Humanidad que milenios enteros de Teología y Metafísica.
Hablo, señores de la libertad para todos, i principalmente
para los más desvalidos. No forman el verdadero Perú las agrupaciones de
criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico
i los Andes; la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminadas
en la banda oriental de la cordillera. Trescientos años há que el indio rastrea
en las capas inferiores de la civilización, siendo un híbrido con los vicios
del bárbaro i sin las virtudes del europeo: enseñadle siquiera a leer y
escribir, i veréis si en un cuarto de siglo se levanta o no a la dignidad de
hombre. A vosotros, maestros d´escuela, toca galvanizar una raza que se
adormece bajo la tiranía del juez de paz, del gobernador i del cura, esa
trinidad embrutecedor a del indio.
(*) Fragmento
del capítulo III de libro Pájinas Libres” de Manuel González Prada (1848-1918).
Rincón literario de URPI para los que inspiran sus
acciones en la lectura.
Boletín virtual de los sábados.
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