La estabilidad del gobierno de Hamid Karzai en
Afganistán se ve más amenazada por dentro que por fuera. El terrorismo y la
corrupción son los principales males que erosionan sus fundamentos.
“La corrupción está socavando
la poca legitimidad que le quedaba al gobierno”, señaló Qader Rahimi, de la
Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán. “La población no
confía en el gobierno. No cree que trabaje para el bien de todos”, dijo a IPS.
La comunidad internacional hasta
ahora ha concentrado su esfuerzo en luchar contra la red radical islámica Al
Qaeda y el terrorismo, pero es tiempo de que se enfoque en el combate a la
corrupción, “nuestro mayor enemigo”, añadió.
Las estadísticas disponibles
confirman esta urgencia. Según información reunida por la Alta Oficina Afgana
para Vigilancia y Lucha contra la Corrupción (HOOAC, por sus siglas en inglés)
y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la
mitad de los ciudadanos de este país pagaron una multa en 2012 cuando
realizaron un trámite público.
El estudio, titulado
“Corruption in Afghanistan: Recent Patterns and Trends” (Corrupción en
Afganistán: Patrones y tendencias recientes), divulgado en febrero, calcula que
los afganos pagaron 3.900 millones de dólares en coimas el año pasado.
Cuando falta poco más de un
año para que las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) cedan el control total del territorio a las autoridades locales, la sociedad
afgana se pregunta cuáles han sido los progresos desde 2001, cuando la invasión
liderada por Estados Unidos desalojó del poder al movimiento islamista Talibán.
Muchos se preguntan cómo puede
avanzar este país si hace 12 años que es escenario de combates cada vez más
frecuentes y destructivos.
Según el último informe sobre
“Protección de civiles en conflictos armados”, elaborado por la Misión de
Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, el número de bajas civiles
aumentó 23 por ciento en los primeros seis meses de este año respecto de 2012.
Toda esta situación se agrava
con la falta de confianza de la población en la administración de Karzai.
“Hay una enorme brecha de comunicación entre
el pueblo y el gobierno”, advirtió Abdul Khaliq Stanikzai, gerente regional de
la no gubernamental Sanayee Development Organisation.
“La población no tiene ni
mecanismos ni instrumentos para hacerse oír y para influir en la toma de
decisiones del gobierno”, dijo a IPS.
Esto ha creado una gran
desconfianza mutua, que se agrava debido a la brecha entre las expectativas
creadas y el logro de las aspiraciones en materia económica, de desarrollo, de
derechos humanos, de funcionamiento de las instituciones y, sobre todo, de
justicia social e igualdad.
“Tras el derrocamiento del
Talibán, la población esperaba un gobierno transparente e igualitario. Ahora,
nadie espera nada del gobierno”, dijo Asif Karimi, coordinador de proyectos en
Kabul de The Liaison Office, organización dedicada al fomento de la paz entre
comunidades afganas.
La mayoría de los afganos,
apuntó, repudian tanto al Talibán como al gobierno de Karzai.
Por su parte, Mirwais Ayobi,
profesor de derecho y ciencias políticas en la Universidad de Herat, cree que
la población se vuelca cada vez más por el movimiento islamista. “Si le pides
al Talibán que resuelva una disputa, se enfoca en lograr una reconciliación”,
dijo a IPS.
Ayobi considera que la
corrupción en el sistema político y administrativo es un enorme desafío, porque
erosiona la confianza de los ciudadanos.
Afganistán se ubicó en el
tercer lugar del Índice de Percepción de la Corrupción 2012, elaborado por la
organización Transparencia Internacional, detrás de Somalia y Corea del Norte.
El monto de los sobornos varía
de un sector a otro, según el estudio de HOOAC-UNODC.
“Las coimas suelen ser mayores
en el sistema judicial”, señaló, donde promedian los 300 dólares. Mientras, los
sobornos que cobran funcionarios de aduanas rondan los 200 dólares, y los que
exigen otros empleados públicos van de 100 a 150.
Muchos analistas creen que se
trata de un problema estructural, entre ellos Rahman Salahi, ex director de la
Shura de Profesionales de Herat, organización no política que reúne a abogados,
economistas, maestros, ingenieros y otros que demandan una más activa
participación de la sociedad civil en la reconstrucción del país.
“Hasta hace pocos años,
teníamos lo que básicamente era un sistema económico socialista, basado en el
molde dejado por la ocupación soviética”, explicó Salahi a IPS.
“Cuando intervino la comunidad
internacional adoptamos un sistema de libre mercado sin contar con las
adecuadas estructuras institucionales para supervisarlo o para adoptar pautas”,
añadió.
Antonio Giustozzi, catedrático
visitante en el Departamento de Estudios de Guerra en el King’s College de
Londres y experto en Afganistán, explicó que “la cantidad de ayuda enviada al
país, así como los mecanismos para su distribución y asignación, excedieron la
capacidad de absorción de la sociedad y de las instituciones para
administrarla”.
Este desajuste entre el flujo
de ayuda y la estrecha capacidad de absorción dio lugar a la corrupción, que
ahora está “totalmente enraizada en el sistema político”, señaló el analista.
Aparte de esas razones
estructurales, la comunidad internacional también habría fomentado una cultura
de impunidad en el país al fortalecer a los señores de la guerra.
Organismos internacionales
“les dieron poder político y dinero a los señores de la guerra, a esos que
cometieron crímenes, a esos que mataron a miles de inocentes, a esos que están
involucrados en el sistema de corrupción”, afirmó Sayed Ikram Afzali, jefe de
cabildeo y comunicaciones de la organización Integrity Watch Afghanistan.
“La población pensaba que las
cosas cambiarían, que habría justicia e igualdad tras la derrota del Talibán”,
dijo a IPS, pero eso no ocurrió.
No obstante, todavía cree que
hay esperanza. “Los señores de la guerra no tienen raíces en la población,
porque le han negado la justicia social a los afganos y secuestraron al Estado.
Es tiempo de que el Estado se libere de estas personas”, señaló (Fuente: IPS).
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