Españoles y argentinos
rivalizan por el tercer lugar como fuerza laboral inmigrante en Perú.
Cada mes, llegan en promedio
350 españoles en calidad de trabajadores, según da cuenta el Instituto Nacional
de Estadística e Informática (INEI).
“A diferencia de otros
países por lo general, en Perú reciben bien al extranjero que llega con una
buena formación”, asegura Belén Muñoz Sánchez (30 años de edad), copropietaria
de un nuevo restaurante en Miraflores (Lima) y formada en administración de
empresas en ESADE, al igual que su socio español. Lleva un año y tres meses en
la capital peruana.
“El impacto cultural es
grande porque la cultura y los ritmos son diferentes, nosotros somos más
drásticos, bruscos al comunicar. Y además, aquí dan muchos rodeos para
expresarse. Ahora pido diferente las cosas, explica.
La empresaria, que renunció
a su trabajo en Londres en una consultora, hace un balance positivo de su
inversión; y ahora proyecta vender, en otro local, alimentos españoles y desarrollar una línea de catering.
“La demanda está creciendo en Lima”, apunta.
Belén describe, sin embargo,
los trámites migratorios como “tediosos” y, respecto a la apertura de un
negocio empresarial, destaca que la parte contable y tributaria es “un poco más
complicada” que la española. Perú está comenzando a emerger. Hay muchas cosas
que se pueden montar. Prácticamente no hay lavanderías automáticas, falta de
infraestructura, se puede aprovechar la experiencia (española) de transporte no
motorizado, no hay un buen lugar en internet de oferta inmobiliaria (Fuente:
Jacqueline Fowks, diario EL PAÍS).
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