Por: Álvaro Lasso
Madame
Gore prefiere ser fabricante de armas en lugar de fabricante de juguetes, por
las tardes, muy elegante, asiste a las puertas del cielo. San Pedro la saluda
desde el portón y le impide el paso, madame Gore es persona non grata. Delito:
disparar a Dios. Así dice en los periódicos. Por eso ella acaricia la pistola
que guarda en su cartera desde hace
siglos y le ruega al barbado portero pasar. Pero es en vano, hay demasiada
soledad en la fábrica de armas como para olvidar la fama de la fábrica de
juguetes que aún permanece sobre la tierra.
(*) Tomado del
libro “Dos niñas de Egon Schiele” Álvaro Lasso, joven literato peruano y
director de la prestigiosa editorial “Estruendomudo”
Rincón literario de URPI para los que inspiran sus
acciones en la lectura.
Boletín virtual de los sábados.
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