En su punto más cercano a la
Tierra, la Luna, de gran tamaño y luminosa, se vestirá de rojo el lunes 28 de madrugada en un eclipse total, un
fenómeno magnífico que no volverá a suceder hasta 2033.
"Se dan todas las
condiciones para que el eclipse sea espectacular", asegura entusiasta
Pascal Descamps, astrónomo del Observatorio de París.
El eclipse total de Luna se
podrá observar durante más de una hora, de las 02H11 a las 03H23 GMT, desde las
Américas hasta Oriente Medio.
La Luna no produce su propia
luz, sino que la recibe del Sol. El lunes, el astro estará alineado con el Sol
y la Tierra.
"Tendremos un eclipse
total porque la sombra de la Tierra engullirá toda la Luna", explicó a AFP
Pascal Descamps. "El cono de sombra de la Tierra mide aproximadamente tres
veces el tamaño aparente de nuestro satélite" -añade- por lo que podrá
absorber la totalidad de la Luna. La Luna desaparecerá de nuestra vista,
privada de los rayos solares y reaparecerá teñida de rojo, por eso se le llama
"luna sangrante" o luna de sangre.
El rojo se lo debe a un
fenómeno luminoso. Es por la refracción de los rayos solares que atraviesan la
atmósfera, con la excepción de los rojos. Estos últimos sufrirán otro fenómeno:
la atmósfera los desviará e iluminarán la superficie lunar.
"Es interesante porque el
color de la Luna dependerá del estado de la atmósfera terrestre. Si está
cargada de partículas, debido por ejemplo a la polución, los rayos rojos
también serán refractados y no alcanzarán la Luna", precisó el astrónomo.
"Si el astro es rojo sangre, podremos estar tranquilos sobre el estado
atmosférico de la Tierra. Si es muy sombrío, o casi invisible, es que es
realmente catastrófico".
Sin peligro
Como la Luna estará en su
punto más próximo a nuestro planeta, lo que se conoce como el perigeo, será más
grande de lo habitual y más brillante en el cielo. "Nos parecerá alrededor
de un 14 por ciento más grande y un 30
por ciento más luminosa", explica Sam Lindsay de la Real Sociedad
Astronómica de Londres.
El fenómeno, conocido también
como superluna, está relacionado con la órbita ligeramente elíptica de la Luna:
este satélite gira alrededor de la Tierra, pero no lo hace en círculo sino
formando una especie de óvalo, con lo que se aleja y se acerca constantemente a
nuestro planeta.
La última combinación de un
eclipse lunar y una superluna se remonta a 1982, según la Nasa, y la próxima no
tendrá lugar antes de 2033. "Toda una generación no lo ha visto
nunca", afirma Noah Petro del proyecto Orbitador de Reconocimiento Lunar
(LRO) de la Nasa.
Los eclipses fueron durante
mucho tiempo objeto de interpretaciones religiosas, mitológicas o simbólicas.
"A lo largo de la historia, muchas culturas consideraron los eclipses como
signos de tristeza y de desgracia", recuerda a AFP Noah Petro.
Cristóbal Colón, que poseía un
calendario de eclipses, se aprovechó de estas creencias para engatusar a los
habitantes de Jamaica. Para conseguir más comida, amenazó a los indígenas con
hacer desaparecer la Luna durante la noche del 29 de febrero de 1504.
"Cuando los jamaicanos le pidieron que la hiciera reaparecer, les pidió
más comida y la consiguió", cuenta el científico.
Este fin de semana no hay nada
que temer. Ni siquiera por nuestros ojos. Los eclipses lunares no suponen
riesgo alguno, al contrario de los solares. "No es como mirar al Sol",
precisa Sam Lindsay de la Real Sociedad Astronómica de Londres. "Se pueden
utilizar prismáticos, telescopios, todo lo que quiera".
"Es un espectáculo para
todo el mundo, es gratuito. Basta con sacar la cabeza fuera", concluye
Pascal Descamps (Fuente: AFP).
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