El Papa instó hoy al Congreso
de Estados Unidos, reunido en sesión conjunta, a abolir la pena de muerte y a proteger la vida en todas las etapas de su
desarrollo, al subrayar que toda persona está dotada de una "dignidad
inalienable", con un discurso que ha sido aplaudido en más de 20
ocasiones.
"Esta certeza es la que
me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes
niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte", ha
resaltado.
Francisco, que se ha
convertido en el en el primer pontífice
de la historia en hablar ante la Cámara de Representantes de EEUU, ha
alentado a los legisladores a promover leyes que respeten la sacralidad de la
vida porque según ha dicho "es el mejor camino".
Así, ha reiterado que la sociedad sólo puede beneficiarse de la
"rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito".
"Una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la
esperanza y el objetivo de la rehabilitación", ha sentenciado en este
sentido.
Al recordar que el mundo está
afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II
Guerra Mundial, el Papa ha instado a no
repetir "los pecados y errores del pasado" con los inmigrantes.
Por ello, ha invitado a "no
dejarse intimidar por los números" sino "más bien mirar a las
personas, sus rostros, escuchar sus historias". En definitiva, ha hecho un
llamamiento a asegurar a los refugiados la mejor respuesta a su situación.
El Papa se ha dirigido al
Congreso de EEUU, "como hijo de inmigrantes", y ha lamentado que los derechos
de los que emigraron a EEUU no siempre
fueron respetados en el pasado. "Sin embargo, cuando el extranjero
nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado. Debemos
elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible,
mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar
nunca la espalda a los vecinos, a todo lo que nos rodea", ha instado.
Así, ha descrito cómo miles de
personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida
mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores
oportunidades. "¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros
hijos?", ha inquirido.
Fundamentalismo y libertad
religiosa
Por otro lado, el Papa ha
llamado a "combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una
religión" pero ha pedido que al
mismo tiempo se proteja "la libertad de las religiones, de las ideas, de
las personas".
Al reflexionar sobre el
fundamentalismo religioso, ha lamentado que ninguna religión está a salvo de
estas "formas de aberración
individual o de extremismo ideológico" y ha pedido que no se caiga
en el "reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y
malos" en "justos y pecadores".
"Sabemos que en el afán
de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir
alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del
asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice:
No", ha señalado.
En esta línea, ha pedido que
"frente al silencio vergonzoso y cómplice" se acabe con el tráfico de
armas.
Papel importante por el medio
ambiente
Asimismo, ha reclamado un
"esfuerzo valiente y responsable" para evitar las más grandes
consecuencias que surgen de la degradación ambiental provocada por la actividad
humana. "Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo
alguna duda de que los Estados Unidos -y este Congreso- están llamados a tener
un papel importante", ha señalado a este respecto.
Finalmente, ha pedido a los
políticos de EEUU que se alejen de la "tentación contemporánea" de
descartar todo lo que moleste. "Queremos
seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades,
brindemos oportunidades", ha expresado (Fuente: Europa Press).
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