
Para ello, señala que
se requiere superar el incremento de la atomización de las tierras cultivables
que impide el desarrollo del sector agropecuario. Peñaranda acota que el último
Censo Agropecuario arroja que el 80 por ciento de las unidades agropecuarias en
el país posee menos de 5 hectáreas, lo que impide aprovechar las ventajas de
aplicar economías de escala para minimizar costos.
Frente a este
problema señala que, a la luz de los resultados del censo agrícola, se plantean
dos líneas de acción en pro de una agricultura moderna, exportadora y con
inclusión social.
Para el Instituto de
Economía y Desarrollo Empresarial, asevera, en primer lugar se debe seguir
propiciando la iniciativa privada y no suplantarla en ningún caso, generando
alianzas estratégicas entre exportadores consolidados y productores,
fortaleciendo la asociatividad y las capacidades comerciales en los productores
u operadores locales.
En segundo lugar, no
descuidar la importancia de la dotación de infraestructura en servicios
básicos, especialmente en riego, a fin de elevar la productividad de las
tierras, la rentabilidad del sector y la reducción de los problemas del estrés
hídrico que podría poner en riesgo la ampliación de la frontera agrícola y la
disponibilidad alimentaria en el país, concluye el ejecutivo (Fuente: Revista
Empresas & Negocios, del 12 al 18 de agosto del 2013, Año 12,N° 587).
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