América Latina es
la región del mundo donde los gobiernos más decididamente han apoyado a la
causa de Gaza ante la metralla de Israel, con el retiro de algunos embajadores
de Tel Aviv y duros pronunciamientos de varios presidentes contra los ataques
al pueblo palestino.
Pero paradójicamente, dicen algunos especialistas, esa solidaridad la
priva de jugar un papel determinante en la búsqueda internacional de contener,
reducir o solventar el conflicto.
“Lo deseable sería aprovechar la distancia geográfica y las relaciones
con los pueblos del Medio Oriente para ayudar a frenar la confrontación”, dijo
a IPS la exdirectora de la Escuela de Estudios Internacionales de la
Universidad Central de Venezuela, Elsa Cardozo.
América Latina “tiene además la autoridad de ser una zona libre de
conflictos de naturaleza religiosa o existencial como naciones, lo que le da un
aval para pronunciarse por ejemplo ante los horrendos ataques de Israel sobre
objetivos civiles palestinos”, señaló Cardozo.
Pero “su toma de partido militante y con antelación priva a la región de
autoridad para presionar a las dos partes, porque esa autoridad no se gana
‘partidizándose’ sino condenando cada acción de cada actor que viole derechos
esenciales”, agregó la experta.
Desde que Israel desencadenó el 8 de julio la operación Margen Protector
con bombardeos inclementes sobre la franja de Gaza, se produjeron declaraciones
de condena de los gobiernos de Argentina, México, Nicaragua y Uruguay, y
llamaron a consulta a sus embajadores en Tel Aviv las cancillerías de Brasil,
Chile, Ecuador y Perú.
Ya desde la operación Plomo Fundido, a la que sometió Israel a Gaza a
fines de 2008, habían roto relaciones con Tel Aviv los gobiernos de Bolivia y
Venezuela, mientras que Cuba las tiene rotas desde 1973 y La Habana se ha
confrontado diplomáticamente con Israel y brindado su abierto respaldo a los
movimientos de liberación de Palestina.
El 29 de julio, cuatro de los cinco presidentes del Mercado Común del
Sur (Mercosur) emitieron durante una cumbre en Caracas una declaración en la
que “condenaron de manera enérgica el uso desproporcionado de la fuerza por
parte del ejército israelí en la Franja de Gaza, que afecta mayormente a
civiles, incluyendo mujeres y niños”.
“Condenaron igualmente cualquier tipo de acciones violentas contra
poblaciones civiles en Israel”, reza el texto suscrito por los Cristina
Fernández (Argentina), Dilma Rousseff (Brasil), José Mujica (Uruguay) y Nicolás
Maduro (Venezuela). Se abstuvo el mandatario de Paraguay, Horacio Cartes, cuyo
país es también socio del bloque.
Durante las primeras cuatro semanas de la guerra contra Gaza, han muerto
al menos 1.830 palestinos, tres cuartas partes de ellos civiles, y 67
israelíes, de los cuales 64 soldados y tres civiles, según datos recogidos en
el área.
Entre los países latinoamericanos se han producido mítines y marchas de
solidaridad con Gaza y la causa nacional palestina en al menos Argentina,
Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá y
Venezuela.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, canceló su viaje a Israel y
Palestina, previsto para este semestre y dijo que su país “tiene que seguir
denunciando este genocidio que se está cometiendo” en la Franja de Gaza.
El 29 de julio, el presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que su
país colocaba a Israel en la lista de “estados terroristas” por lo que
consideró un “genocidio” y acción inhumana contra los asentamientos civiles en
Gaza.
El lunes 4, Mujica, el presidente de Uruguay, definió también como
“genocidio” la ofensiva contra el pueblo gazatí, mientras su canciller, Luis
Almagro, dijo que se está evaluando “toda la relación diplomática con Israel”.
“Todos tienen derecho a defenderse, pero hay defensas que no se pueden hacer”,
dijo Mujica sobre la actuación de Israel.
El venezolano Maduro también condenó con dureza la ofensiva israelí,
calificándola como “una masacre horrorosa”. “Razón tienen quienes la comparan
con el genocidio que vivió el propio pueblo judío de manos de la derecha
intolerante que tuvo su máximo líder en (Adolfo) Hitler”, añadió.
Adicionalmente, el canciller venezolano, Elías Jaua, anunció el
miércoles 6 en El Cairo que Venezuela despachará 16 toneladas de ayuda humanitaria
a Gaza, vía Egipto, fondos para la compra de 15 ambulancias y 240.000 barriles
de combustible en lo que resta de año, con base en acuerdos que manejará la
entidad Petropalestina.
Su viaje a El Cairo tuvo como objetivo coordinar estas ayudas, reiterar
el compromiso con la población palestina, visitar a víctimas de los bombardeos
refugiadas en Egipto, y reafirmar la oferta del país de acoger a niños
palestinos que quedaron huérfanos durante los ataques del último mes.
Kenneth Ramírez, presidente del privado Consejo Venezolano de Relaciones
Internacionales, dijo a IPS que Venezuela, un centenario productor petrolero,
“puede contribuir al desarrollo de los hidrocarburos presentes en Palestina
(sobre todo frente a su litoral) y su transformación en oportunidades de
desarrollo para esos pueblos”.
También, desde la Organización de Naciones Unidas – donde es candidata a
un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad para el bienio 2015-2016- ,
Venezuela “puede contribuir en los esfuerzos internacionales que permitan un
cambio en la dinámica actual, pero para ello debe evitar insistir en posturas
parcializadas en este conflicto”, dijo Ramírez.
Milos Alcalay, exembajador de Venezuela ante la ONU, recordó a IPS que
“América Latina en el seno de la organización mundial, desde 1947 apoyó siempre
el establecimiento de dos estados, uno israelí y otro palestino, a distancia de
países árabes que apoyaban la formación de un solo estado”.
“Lamentablemente esa posición de equilibrio se hace a un lado y se
pierde así la oportunidad de entenderse con todas las partes confrontadas”,
dijo Alcalay, quien también fue vicecanciller.
América Latina “debe enviar un mensaje de que llora a todos los muertos,
de que condena las acciones militares israelíes y las provocaciones que hacen
extremistas que se le oponen, siempre con miras a lograr y consolidar un cese
del fuego y el camino a la paz”, añadió.
“No quedan interlocutores estatales válidos para mediar, en buena parte
porque son actores que fallaron en sus intentos de mediación y han asumido
posiciones polarizadas en cuanto al conflicto en Gaza”, dijo a IPS el
especialista Andrés Serbin, presidente de la académica Coordinadora Regional de
Investigaciones Económicas y Sociales, basada en Buenos Aires.
Ante la fallida mediación de los Estados y la ONU “la alternativa es la
de las acciones de la sociedad civil. Los primeros esfuerzos apuntan a la
alerta temprana y la prevención, y ante la escalada de la violencia como la que
vemos en la actualidad en Gaza, iniciativas de diplomacia ciudadana y campañas
dirigidas a reabrir el diálogo”, opinó Serbin.
Ramírez, a modo de síntesis, sentenció que “Israel no puede continuar
con la guerra con Hamás sin erosionar su legitimidad internacional; y Hamás no
puede continuar jugando con fuego, ya que la permanente división de las
facciones palestinas no contribuye a materializar el Estado palestino” (Fuente:
IPS).
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