sábado, 23 de agosto de 2014

PÁGINAS MEMORABLES: EL SER HUMANO, LA SOCIEDAD Y EL MUNDO


Por: Ricardo Verástegui López

El ser humano tiene en general dos formar de hacerse presente en el mundo y en la sociedad: hombre y mujer.
Hombre y mujer sexuados como macho y hembra que, desde sus raíces culturales, buscan construir diverso tipo de relaciones en las sociedades en las que habitan. 
Sin embargo, hay seres humanos sexuados de determinada manera que se comportan de una forma diferente a lo que ha determinado su mandato genético. Este es el caso de los homosexuales y las lesbianas que buscan ser reconocidos, a partir de sus opciones sexuales, con los mismos derechos y obligaciones que los heterosexuales.
La aparición de estas opciones, que luchan por abrirse paso en una realidad donde la mayor parte de los seres humanos establecen sus vinculaciones de manera heterosexual, y más aún bajo patrones machistas, es vista como extraña y contraria a la naturaleza humana como si homosexuales y lesbianas no fueran de naturaleza humana, sino sub humana.
Es importante hacer notar aquí que estas opciones no se refieren sólo a ser respetados en su inclinación sexual, sino en la direccionalidad de sus sentimientos hacia quienes aman y con los o con las que quieren ser felices, como acontece con nosotros los heterosexuales.
Hay quienes condenan esta realidad, como si con una condena ideológica o represiva desaparecerá un fenómeno tan antiguo como el origen de la humanidad y que tiende a extenderse, cuestionando la visión tradicional de enfocar el comportamiento de los seres humanos.
Es explicable que una sociedad impregnada por un pensamiento patriarcal y de ideas religiosas donde la divinidad (hombre y mujer en su esencia, según los textos “sagrados” que conocemos) aparece ejerciendo a capricho su voluntad, se resista a aceptar las diferencias normales en todas las colectividades, y a no reconocer que estas diferencias no deben significar la aceptación ni la justificación de la desigualdad entre las personas, sea por creencias, etnia o sexo.
Vencer este pensamiento patriarcal es un reto que debemos asumir, también los heterosexuales,  para no vivir en el oscurantismo de la época de la Inquisición en pleno siglo XXI.

(*) Ricardo Verástegui López, periodista y consultor en comunicaciones.



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