Parecería que no
hay vencedores ni vencidos en Gaza, ahora que comienza a posarse el polvo
y la pólvora tras la guerra que comenzó el 8 de julio.
Israel, a pesar de su fuerza militar de alta tecnología y los llamados
“bombardeos de precisión milimétrica”, no logró su objetivo final: aniquilar al
movimiento armado palestino Hamás.
En cambio, en su
mayoría mató a civiles, mediante la destrucción de viviendas, escuelas,
hospitales, universidades y refugios de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU). Estos actos podrían ser considerados crímenes de guerra sujetos a la
investigación de la Corte Penal Internacional en La Haya.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó la cifra de
muertos y la magnitud de la destrucción de “estremecedores”.
Según la información preliminar, en el conflicto murieron
aproximadamente 2.000 palestinos, casi 75 por ciento civiles, incluidos 459
niños y niñas, agregó.
“Murieron más niños en este conflicto de Gaza que en las dos crisis
anteriores juntas”, declaró en conferencia de prensa de la ONU el martes 12, en
referencia a las guerras que enfrentaron a israelíes y palestinos en 2008-2009
y 2012.
En contraste, Israel tuvo un saldo de 64 soldados y tres civiles muertos,
según datos de las fuerzas militares israelíes.
“¿Cuál ha sido el
valor político de esta lucha?”, se preguntó Vijay Prashad, profesor de Estudios
Internacionales en Trinity College, una universidad de Estados Unidos.
Israel se encuentra aislado y la mayor parte del mundo está disgustado
por la carnicería de la guerra, mientras la simpatía por la causa palestina
está en su punto más alto, sostuvo en diálogo con IPS.
“El resultado en el
plano político es todavía poco claro. Todo depende de cómo se comporte la
dirigencia palestina”, señaló Prashad, un analista político de Medio Oriente y
autor del libro Arab Spring, Libyan Winter (primavera árabe, invierno
libio).
H.L.D. Mahindapala, un analista político con sede en Melbourne que
trabajó en un periódico de Sri Lanka, dijo a IPS que Israel perdió el monopolio
del poder del que gozaba en la región para imponer sus condiciones.
La respuesta palestina a través de túneles primitivos demostró que es
una fuerza a tener en cuenta, añadió. Por ejemplo, Israel boicoteó las
negociaciones en Egipto y Hamás lo obligó a retomarlas con el disparo de
cohetes y la amenaza a su seguridad, comentó.
“Israel quedó desconcertado y derrotado por la red de túneles”, afirmó
Mahindapala.
Esa ingeniosa red se construyó en un principio como forma de defensa
para superar el embargo que Israel impuso al tráfico de productos de Gaza.
Después se convirtió en el mejor mecanismo defensivo y ofensivo que Israel no
pudo desmantelar, aunque declaró ‘misión cumplida’, según Mahindapala, que observa
la política de Medio Oriente desde hace décadas.
Su construcción fue una falla de inteligencia por parte de Israel,
reconoció Meir Sheerit, otrora miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores
y Defensa del parlamento israelí, según el diario Wall Street Journal.
“No creo que nuestra inteligencia supiera cuántos túneles se excavaron,
su ubicación ni cuántos fueron planificados para el ataque”, agregó.
Según Ban, más de
300.000 personas siguen refugiadas en escuelas administradas por la Agencia de
Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA),
en centros de enseñanza públicos y privados, y en otras instalaciones públicas
o en casas de familia. Las viviendas de al menos 100.000 personas sufrieron una
destrucción total o severa, explicó.
Según fuentes militares israelíes, Hamás lanzó 3.488 ataques con cohetes
y morteros hacia Israel desde el inicio del conflicto el 8 de julio, frente a
los 4.929 ataques militares israelíes, principalmente con armas proporcionadas
por Estados Unidos, contra objetivos en Gaza.
“Si el recuento de los cadáveres y la destrucción de las armas son los
principales criterios para la victoria, Israel es el claro ganador en la última
confrontación con Hamás”, argumentó Ronen Bergman, analista político y militar
del diario israelí Yediot Aharonot, en un artículo de opinión en el New York
Times el domingo 10.
“Pero el recuento de los cadáveres no es el criterio más importante para
decidir quién debe declararse vencedor”, continuó. Mucho más importante “es la
comparación de los objetivos de cada parte antes del combate y lo que han
logrado. Visto así, ganó Hamás”, resumió.
Hamás también realizó una campaña urbana contra las fuerzas terrestres
israelíes, infligió al menos cinco veces más bajas que en el último conflicto y
utilizó con éxito los túneles para penetrar en el territorio enemigo y sembrar
el miedo y la desmoralización, dijo Bergman, que está escribiendo una historia
del Mossad, el servicio de inteligencia de Israel.
El veredicto final dependerá en gran medida del resultado de un acuerdo
tras las conversaciones de paz en Egipto.
Prashad dijo a IPS que la guerra de Gaza fue “asimétrica y
desproporcionada”.
La ONU confirmó que la infraestructura de Gaza está totalmente
destruida, lo que incluye a hospitales, escuelas, empresas, la red de energía y
el almacenamiento de alimentos.
“Es una catástrofe humanitaria. Así que en este nivel, Israel ganó. Hizo
la vida inhabitable para los palestinos “, comentó.
Israel asegura que su objetivo era la destrucción de Hamás, pero resulta
que destruyó a Gaza una vez más, agregó.
Prashad también dijo que sería un gesto importante que ambas partes se
comprometan con la Corte Penal Internacional y que respalden plenamente una
investigación sobre la naturaleza de la guerra.
“Los estrategas militares deben darse cuenta de que no es solo Israel
quien se enfrenta a la derrota, sino también su mayor aliado, Estados Unidos”,
comentó Mahindapala a IPS.
Si Israel fracasa, Estados Unidos se hundirá con él, advirtió.
“Las presiones militares, económicas, políticas y diplomáticas de Israel
pueden evitar el tsunami árabe por un tiempo, pero no por mucho “, agregó el
analista.
Estados Unidos e Israel están los dos en decadencia y la forma en que
propongan gestionar las nuevas realidades sin provocar un holocausto nuclear es
la gran interrogante, afirmó.
La izquierda israelí es demasiado minúscula y débil en comparación con
la derecha, y la cuestión principal no es cómo vivirán los palestinos en los
territorios ocupados, sino cómo hará Israel para vivir rodeado de un mar de
árabes, vaticinó (Fuente: Análisis de Thalif Deen, especial de Inter Press
Service. Foto de la ONU: Shareef Sarhan).
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