Durante los últimos meses fuerzas de
todo tipo han luchado por el control de Siria.
Un enfrentamiento baldío que ha seguido provocando cientos de muertos en
una guerra civil eterna que se extiende ya en más de 3 años y medio y lo peor
de todo es que no avista un final. Ahora, sin embargo, hay algo que se está
cociendo que puede cambiar el
tablero de juego de una forma decisiva. Y las noticias que llegan
no son precisamente positivas.
Podemos estar ante un acuerdo
entre el Estado Islámico y la sección de Al Qaeda en el país, el Frente
Al-Nusra, para unirse en acciones
concretas y luchar contra los enemigos comunes.
Es al menos la información que proporciona la agencia Associated Press
basada en las confidencias que le han llegado a través de dos fuentes
distintas; por un lado, un
funcionario de alto nivel de la oposición siria y por el otro un comandante
rebelde.
Los dos grupos se reunieron en una casa rural en el norte del país para limar asperezas entre ellos y poder trabajar
juntos. La idea que tienen es no continuar con los
enfrentamientos ya que comparten más cosas que las que les separan.
Desde la irrupción del Estado Islámico en Siria en la que con una
campaña de brutalidad y violencia lograron tomar un tercio del país, las luchas internas con Al-Nusra han sido
constantes en este complejo tablero de ajedrez en el que se ha
convertido la región.
Hay una situación de conflicto entre multitud de actores; además de los
dos mencionados también están las fuerzas leales al presidente Assad, los
rebeldes moderados, la minoría kurda… Una situación compleja en la que el que ayer era amigo ahora es enemigo y
viceversa.
Aunque los expertos descartan que estos dos grupos se terminen uniendo de facto
próximamente no es descartable que a partir de ahora realicen más
acciones juntos, multiplicando de esta manera su poder. De hecho, la primera
acción que tendrían planificada en conjunto sería la de realizar ataques a los combatientes kurdos al norte
del país.
“Si trabajan juntos, los yihadistas serán más eficaces en Siria. Si hay
menos sangre derramada entre ellos y no tienen por qué preocuparse de eso, les va a resultar más fácil ir detrás de
Assad o cualquier fuerza apoyada por Occidente”, confiesa Tom Joscelyn,
un analista estadounidense de Long War Journal.
El problema ahora es evidente y la preocupación de Obama va en aumento.
Inmerso Estados Unidos en el conflicto –ha estado bombardeando las posiciones
del Estado Islámico durante varias semanas-, la decisión sobre cuál es la mejor solución se antoja
complicada.
Precisamente las últimas revelaciones de la CNN apuntan a que el gran
objetivo del presidente es derrocar a
Al Assad y de esta manera poner la primera piedra hacia una transición,
pero hay tantos intereses enfrentados en Siria y la situación es tan dramática
que lograr eso parece más digno de la ficción que de la realidad.
Y mientras tanto, continúa aumentando el número de civiles muertos y
desplazados, con unas cifras tan
demoledoras que sacan los colores a toda la comunidad internacional
(Fuente: Yahoo US. Foto: AP).
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