El presidente Juan Manuel Santos exigió ayer a la guerrilla de las FARC que demuestre su compromiso con el
proceso de paz, liberando a un general del ejército que capturaron la víspera.
El mandatario reiteró que mientras el general Rubén Darío Alzate —el
primero de su rango retenido por la insurgencia— no sea liberado, los
negociadores del gobierno no viajarán a La Habana para continuar con los
diálogos, que intentan poner fin a un conflicto de medio siglo.
"A las FARC les exijo, y no solo yo: se los exige nuestra nación y
toda la comunidad internacional, que demuestren su voluntad de paz con acciones
y no solo con palabras", sostuvo Santos en una alocución de cinco minutos
transmitida por el canal estatal.
La guerrilla ha guardado silencio a lo largo de la jornada y solo uno de
sus voceros en Cuba dijo a la AP que investigan la situación. La delegación
negociadora convocó también a una rueda de prensa para este martes por la
mañana.
El general Alzate, de 55 años, un soldado profesional y una abogada
fueron interceptados el domingo por hombres armados cuando desembarcaron en un
caserío a la orilla del río Atrato, en el departamento de Chocó, unos 310
kilómetros al oeste de Bogotá.
Otro soldado logró escapar e informó que los responsables eran
integrantes del Frente 34 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC).
Durante la alocución, Santos condicionó igualmente la continuación de
las negociaciones a la entrega de los soldados Paulo César Rivera y Jonathan
Andrés Díaz, quienes fueron retenidos en medio de combates hace una semana en
una zona rural del municipio de Tame, departamento de Arauca, 330 kilómetros al
noreste de Bogotá.
"Hay que ser claros: aunque estamos negociando en medio del
conflicto, las FARC tienen que entender que a la paz no se llega recrudeciendo
las acciones violentas y minando la confianza", destacó el mandatario.
Santos confió en que Chile, Venezuela y Noruega, países garantes del
proceso, contribuyan en la resolución del conflicto desatado por la retención
del jefe militar.
En la víspera, Santos pidió a la cúpula militar investigar por qué
Alzate, de 55 años y con 31 años de servicio militar, supuestamente infringió
las normas castrenses y viajó a la peligrosa zona vestido de civil y sin
guardaespaldas.
Alzate es comandante de Fuerza de Tarea Titán, un grupo formado por
2.500 elementos del Ejército y la Marina cuya misión es combatir a los rebeldes
y narcotraficantes en las zonas selváticas y remotas que rodean a Quibdó.
Alzate es uno de los militares más condecorados de Colombia. Es graduado de la
Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos y de la Escuela del Estado en
Kansas; anteriormente supervisó la unidad antisecuestros de las fuerzas armadas
colombianas.
El Frente 34 de las FARC, al que se le responsabiliza de la retención
del general y sus dos acompañantes, es señalado de incumplir los ceses de fuego
ordenados por la comandancia de la guerrilla, conocida como Secretariado,
durante los últimos dos años en épocas de elecciones y festividades de fin de
año, afirmó el analista León Valencia, quien tiene un centro de estudios del
conflicto.
Ese frente es parte del Bloque Occidental, cuyo comandante es alias
Pablo Catatumbo, miembro de la delegación rebelde que negocia en La Habana con
el gobierno desde noviembre de 2012.
Líderes políticos consultados por AP coincidieron en que de retomarse
las negociaciones con las FARC las condiciones para el diálogo deben
replantearse.
El presidente Santos "se ha tardado en anunciar la reingeniería del
proceso de paz. Urge un cambio de rumbo. Las FARC deben frenar los ataques
contra la población, el reclutamiento de menores y la siembra de minas
antipersona", consideró Camilo Gómez, comisionado de paz durante el
gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002).
Para el senador opositor José Obdulio Gaviria, si Alzate es liberado
"el proceso debe retomarse, pero se le debe exigir a las FARC cesar
actividades criminales, que se concentren en sitios geográficamente definibles
y se pacte una agenda no política, sino que pase por la desmovilización y
reinserción inmediata", sostuvo.
Roy Barreras, de la Comisión de Paz del Congreso, dijo que la paz
atraviesa por "la hora más difícil", pero se mostró confiado en que
"las FARC liberarán en las próximas horas al general y a sus acompañantes,
porque ellos (los rebeldes) no van a echar a perder esta oportunidad histórica
de alcanzar la paz".
El caso de Alzate hace recordar que la entonces candidata a la
presidencia Ingrid Betancourt fue secuestrada en febrero de 2002 por las FARC
cuando se dirigía, sin atender las recomendaciones de las autoridades, a la
zona de distinción establecida por Pastrana para los diálogos.
Cuando los rebeldes detuvieron a Betancourt y a su asesora Clara Rojas
desconocían quiénes eran y el valor político de ambas. Betancourt fue rescatada
por el Ejército en una operación en julio de 2008. Al principio de ese mismo
año, Rojas había sido liberada por las FARC tras la intermediación del
fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (Fuente: AP).
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