El presidente de Colombia,
Juan Manuel Santos, formuló ayer el más
fuerte pronunciamiento desde que el gobierno de su homólogo venezolano, Nicolás
Maduro, comenzó la deportación masiva de colombianos que viven en ese país, que
hoy se convirtió en un éxodo sin precedentes en la frontera común.
"Al Gobierno de Venezuela
le exigimos respeto por todos los colombianos, desde los más humildes hasta los
más poderosos, desde los más cercanos a nuestro Gobierno hasta los que nos
critican ferozmente", dijo Santos en una declaración en la Casa de Nariño.
En su alocución, emitida en
cadena nacional, Santos exigió al Gobierno de Venezuela que respete a los
colombianos que habitan en sus zonas de frontera y consideró
"inaceptables" e "intolerables" los maltratos de que son
objeto sus compatriotas en el estado Táchira, donde incluso las casas de muchos
han sido demolidas.
El jefe de Estado añadió que
la canciller María Ángela Holguín se reunirá este miércoles en Cartagena con su
homóloga venezolana, Delcy Rodríguez, "para buscar soluciones
conjuntas".
Mientras tanto, el éxodo de
colombianos sigue en la frontera que cumple seis días cerrada, una medida
ordenada por Maduro, junto con el estado de excepción en parte del Táchira,
tras un ataque de presuntos contrabandistas que dejo tres militares y un civil
heridos, lo que ha degenerado en una crisis humanitaria con más de mil
colombianos deportados.
Hasta la fecha han sido
deportados 1.071 colombianos que han sido forzados a abandonar lo poco que
construyeron en años e incluso décadas en Venezuela, sin saber qué futuro les
espera en su propio país o si tendrán la oportunidad de regresar algún día a
San Antonio y otras localidades del Táchira donde dejaron familiares, amigos,
casas y enseres.
Ese movimiento masivo de
personas ha creado en el lado colombiano una crisis humanitaria que tiene en
los niños a los grandes damnificados, ya que, en total, 241 son menores de
edad.
El Estado colombiano ha
reaccionado y habilitado centros deportivos en Cúcuta, capital del departamento
de Norte de Santander, y separada de Venezuela por el río Táchira, para que los
colombianos que llegan tengan la posibilidad de dormir bajo techo.
En la mañana del martes el
drama se multiplicó, ya que los colombianos que viven en Venezuela, ante el
temor de ser deportados y perder sus bienes, decidieron abandonar sus hogares y
cruzar con el agua a la cintura el río fronterizo.
Cargando a hombros todo lo que
pueden llevar, hombres, mujeres y niños se arriesgan a cruzar irregularmente la
frontera por trochas que desembocan en el río, en filas que parecen no tener
fin, una escena dramática que parece sacada de los éxodos en películas de
guerra.
Pese al riesgo que esto
supone, columnas formadas por centenares de colombianos llegan a su país natal
portando armarios, roperos, electrodomésticos, animales de granja e incluso
mobiliario comercial.
Ante la gravedad de la
situación, el opositor partido Centro Democrático, liderado por el ex presidente
Álvaro Uribe, propuso en el Senado el envío de una notificación a Naciones
Unidas para que intervenga en la crisis humanitaria.
La senadora Thania Vega, en
representación de su partido, manifestó que en la frontera con Venezuela ocurre
"una tragedia humanitaria", y denunció que exiliados venezolanos le
alertaron de que la causa real de la crisis que ha convertido en víctimas a
miles de colombianos humildes es, al parecer, una disputa entre mafias de
contrabando que involucran a oficiales de la Guardia venezolana.
Por su parte los ex presidentes
Laura Chinchilla, de Costa Rica, y Vicente Fox, de México, abogaron por el
diálogo para solucionar la crisis de la frontera entre ambos países y llamaron
a la sensatez.
"¿Por qué se ha
reaccionado de manera tan abrupta castigando a quienes no tienen la culpa en
estas cosas, que es al mismo colombiano, pero también al pueblo
venezolano?", se preguntó Chinchilla en declaraciones a periodistas en
Bogotá.
La ex mandataria, que
participa en el "Foro sobre Democracia de Nueva Generación para las
Américas", organizado por el Club de Madrid, la Fundación Buen Gobierno y
otras instituciones, consideró "muy difícil de justificar estas
medidas", y dijo esperar que "Venezuela deponga ese tono y que las
cosas puedan normalizarse".
En el mismo foro, Fox hizo un
llamamiento "urgente e intenso" a que "se sigan los cauces
diplomáticos, que se sienten a un diálogo y que se resuelva con prontitud un
tema que ya empieza a afectar a ciudadanos y a comunidad (Fuente: EFE).
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