Visitar el Museo
Metropolitano de Lima es encontrarnos con sus verdaderas raíces que son
indígenas, pues antes de la invasión española, a la ahora capital del Perú, los
pueblos indígenas eran los dueños de ella y la región, permaneciendo en ella
hasta nuestros días.
El Museo, que tiene veintiséis
salas con efectos especiales, películas en 3D puestas en escena y hologramas,
rompe con la leyenda de que Lima ha sido invadida por los indígenas y los
mestizos, cuando históricamente ha sido lo opuesto, afirman científicos
sociales.
Ellos nos recuerdan que la
cultura Lima, que ha dado su nombre a la capital de la República, apareció entre
los siglos 100 y 150 d.C., durante el intermedio temprano, y se extendió a los
valles de Chancay y Lurín.
Por ser una cultura costeña
se encontraba a la altura del nivel del mar, estableciéndose en lugares como
Ancón (donde la población se dedicaba a la pesca), en la margen sur del río Chillón
(donde la población tenía como actividad principal la agricultura), Ventanilla
(Playa Grande o Santa Rosa), así como el bajo Chillón. Las actividades
principales de esta cultura fueron desarrolladas en los valles bajos y medios
de los ríos Chancay, Chillón, Rímac y Lurín.
Pero,
visitar el Museo Metropolitano de Lima no es sólo encontrarnos con nuestras
raíces, sino con la historia viva en sus diversas etapas: Pre Inca, Inca,
Colonia y República en un viaje maravilloso que nos hará valorar y amar más aún
lo nuestro (Foto: Iguana Producciones).
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