Los representantes
africanos presentes en la conferencia sobre cambio climático que se celebra en
la capital peruana afirman que el Protocolo de Kyoto languidece porque los
países industrializados dan “pasos de bebé” hacia la ratificación de la
Enmienda de Doha que le dio una nueva oportunidad de vida a ese instrumento.
El Grupo Africano y
otros negociadores de los países de menor desarrollo en la 20 Conferencia
de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático (CMNUCC), que comenzó el lunes 1 en Lima, expresan su
preocupación por la lentitud para darle fuerza legal al Protocolo de Kyoto,
el único instrumento internacional contra el recalentamiento planetario que
compromete al Norte industrializado a reducir sus emisiones de gases
invernadero.
"Las
respuestas de los países ricos y desarrollados no muestran ningún sentido de
urgencia: presentaron menos financiación para el clima que el año pasado, no
elevaron sus metas de contaminación y ni siquiera ratificaron legalmente el
Protocolo de Kyoto, como prometieron hace dos años": Mithika Mwenda.
“La lenta ratificación del segundo período de compromiso por parte de
los países desarrollados no construye confianza. En nuestra opinión, los países
desarrollados están incumpliendo, abandonando y debilitando al Protocolo de
Kyoto”, declaró Nagmeldin El Hassan, el presidente del Grupo Africano, en la
inauguración de la COP 20.
Hasta el 12 de este mes, representantes de 195 países y centenares de
miembros de la sociedad civil negocian en Lima el borrador de un nuevo tratado
mundial destinado a revertir el calentamiento del planeta, que deberá
suscribirse un año después en París.
El Hassan dijo que la no ratificación de la Enmienda de Doha por los
países industrializados obliga a los países de menor desarrollo a asumir
compromisos legales, mientras que los emisores históricos de los gases de
efecto invernadero flexibilizan los suyos. “Tenemos que dejar en claro que no
vamos a ser parte en este juego”, advirtió.
La Enmienda de Doha se acordó en diciembre de 2012 para extender el
Protocolo de Kyoto, suscrito en 1997 y vigente desde 2005, a un segundo
período de compromiso, comprendido entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de
diciembre de 2020. La Unión Europea (UE), sus 28 Estados miembros y otros
países industriales ratificaron la enmienda.
La CMNUCC, a la que el Protocolo de Kyoto está vinculado, requiere la
ratificación de 144 países antes de que esa extensión sea un hecho.
Pero a fines de noviembre de 2014 solo 20 países habían ratificado la
Enmienda de Doha. Guyana fue la última en hacerlo, en vísperas de las
negociaciones en Lima.
Es necesario acelerar el proceso de ratificación y adoptar normas
contables claras en Lima para que la enmienda entre en vigor antes de la
próxima conferencia climática en París, subrayó El Hassan.
Grupos ecologistas y otras organizaciones no gubernamentales (ONG)
africanas también piden a los gobiernos que aceleren la ratificación del
segundo período de compromiso del Protocolo.
Mithika Mwenda,
secretario general de la Alianza Panafricana de Justicia Climática, que
agrupa a más de 30 ONG con sede en África, dijo a IPS que estaba desmoralizado
por los “pasos de bebé” que los países desarrollados dan hacia la ratificación.
“Los africanos enviaron sus gobiernos a Lima con reclamos urgentes y
creativos para hacer frente a la crisis climática”, aseguró Mwenda.
“Pero las respuestas de los países ricos y desarrollados no muestran
ningún sentido de urgencia: presentaron menos financiación para el clima que el
año pasado, no elevaron sus metas de contaminación y ni siquiera ratificaron
legalmente el Protocolo de Kyoto, como prometieron hace dos años”, afirmó.
Según Mwenda, el Norte industrializado está decidido a retrasar su
participación en el segundo período de compromiso del Protocolo. “Están dejando
que sus intereses nacionales triunfen sobre el bien común global y optan
por no participar en las normas multilaterales”, recalcó.
La secretaria ejecutiva de la CMNUCC, la costarricense Christiana
Figueres, dijo a los delegados de la COP 20 que los países desarrollados y en
desarrollo que son partes en el Protocolo de Kyoto deben ratificar la enmienda
para salvarlo de languidecer en el limbo.
“Lo he dicho antes y permítanme decirlo de nuevo. Para que este marco
jurídico internacional entre en vigor, los gobiernos deben completar su proceso
de ratificación lo antes posible. Necesitamos una señal política positiva de la
ambición de las naciones para reforzar la acción climática fundamental”,
reclamó Figueres.
El Grupo Africano
busca la ratificación de la Enmienda de Doha porque esta extiende un compromiso
legal a los países del Anexo 1, que comprende a los integrantes de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y a
varias economías en transición, para que contribuyan con el esfuerzo mundial de
mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ram Prasad Lamsal, presidente nepalés del Grupo de los Países Menos
Adelantados (PMA), dijo a IPS que “la ratificación es esencial para que el
Protocolo de Kyoto siga siendo la piedra angular del sistema acordado
multilateralmente y basado en normas” de la CMNUCC “y refleje plenamente sus
principios de equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas”.
No obstante, aunque África reclama que el Norte industrializado
ratifique la Enmienda de Doha, solo cuatro países africanos la habían
ratificado a fines de noviembre: Kenia, Marruecos, Sudáfrica y Sudán.
Un delegado de la UE, que pidió que se mantuviera su nombre en reserva,
se preguntó por qué los países africanos, al igual que el Grupo de los PMA, el
Grupo de los 77 y China, no habían ratificado aún el segundo período de
compromiso pero presionaban a los países industrializados para que lo hicieran.
Paul Isabirye, el punto focal de la CMNUCC en Uganda, aseguró a IPS que
los países africanos ratificarán rápidamente la enmienda una vez que los países
desarrollados tomen la delantera.
“Pero incluso si todos los países africanos la ratifican, seguirá sin
entrar en vigor hasta que nuestros colegas” del Norte “lo hagan. Ellos tienen
el grueso de las emisiones que hay que recortar. La cuestión no es que África
se quedó atrás, sino que los grandes emisores no parecen avanzar”, sostuvo
Isabirye (Fuente: IPS).
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