LA DIVINA
COMEDIA
Dante
Alighieri
EL INFIERNO
Tercer círculo
(Fragmento)
Dante guiado por Virgilio se
encuentra en el tercer círculo donde se castiga a los glotones, cuya pena
consiste en estar metidos en el fango, atormentados al mismo tiempo por una
fortísima lluvia mezclada de granizo y guardados por el Cancerbero que ladrando
con sus tres fauces los irrita y aflige continuamente.
Al recobrar los sentidos que perdí por la tristeza
y la compasión que me causó la suerte de los dos cuñados, nuevos sufrimientos y
nuevas almas atormentadas veo a mi alrededor, adondequiera que vaya,
adondequiera que vuelva o fije mi mirada. Me encuentro en el tercer círculo; en
el que la lluvia eterna, maldita, fría y densa, que cae siempre igualmente
copiosa y con la misma fuerza. Espesos granizos, agua negruzca y nieve
descienden en turbión a través de las tinieblas; la tierra, al recibirlos,
exhala un olor pestífero. Cerbero, fiera cruel y monstruosa, ladra con sus tres
fauces de perro contra los seres que están allí sumergidos. Tiene los ojos
rojos, los pelos negros y cerdosos, el vientre ancho y las patas provistas de
uñas, que clava en los espíritus y los desgarra y despedaza. La lluvia los hace
aullar como perros;los miserables condenados se revuelven sin cesar, y forman
un muro que se extiende de un extremo a otro.
Cuando nos descubrió Cerbero, el gran gusano abrió
sus bocas, mostrándonos los dientes; y agitábase en todos sus miembros.
Entonces mi Guía extendió las manos cogió la tierra y la arrojó a puñados en
las fauces ávidas de la fiera. Y del mismo modo que un perro se deshace
ladrando y se apacigua cuando muerde su presa, ocupado tan sólo en devorarla,
así también el demonio Cerbero cerró sus impuras bocas, cuyos ladridos aturdían
de tal modo a las almas, que quisieran ser sordas.
Pasamos por encima de las sombras derribadas por la
incesante lluvia, poniendo nuestros pies sobre su nada en apariencia de
hombres. Todas yacían por el suelo, excepto una que viéndonos pasar, se levantó
prestamente para sentarse.
- ¡Oh!, tú, que has venido a este
infierno, me dijo, reconóceme si puedes. Tú fuiste hecho, antes que yo
deshecho-. Y yo le contesté: -El estado en que te veo es quizá causa de que no
me acuerde de ti; me parece que no te he visto nunca. Pero dime, ¿quién eres
tú, que a tan triste lugar has sido
conducido, y condenado a un suplicio que, si hay otro mayor, no será por cierto
tan desagradable?- Tu ciudad, me respondió él, en la que la envidia colma ya la
medida, me vio en su seno en vida más serena. Vosotros los habitantes de ella,
me llamasteis Ciacco (puerco). Por el reprensible pecado de la gula, me veo,
como ves, sufriendo esta lluvia. Yo nosoy aquí la única alma triste; todas las
demás están condenadas a igual pena por la misma causa- Y no pronunció una
palabra más.
Dante Alighieri (Florencia, 29 de mayo de 1265-Rávena,
14 de setiembre de 1321). La Divina Comedia, obra que representa la transición
del pensamiento medieval al renacentista, es considerada una obra maestra de la literatura italiana
y universal.
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