PLATERO Y YO
VIII
Por: Juan Ramón Jiménez
LA FLOR DEL CAMINO
Que pura, Platero, y qué
bella esta flor del camino! Pasan a su lado todos los tropeles – los toros, las
cabras, los potros, los hombres – y ella, tan tierna y tan débil, sigue
enhiesta, malva y fina, en su vallado sólo, sin contaminarse de impureza
alguna.
Cada día, cuando, al empezar
la cuesta, tomamos el atajo, tú la has visto en su puesto verde. Ya tiene a su
lado un pajarillo que se levanta - ¿por qué? – al acercarnos; o está llena,
cual una breve copa, del agua clara de una nube de verano; ya consiente el robo
de una abeja o el voluble adorno de una mariposa.
Esta flor vivirá pocos días,
Platero: aunque su recuerdo podrá ser eterno.
Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi
vida. ¡Ay! ¿Qué le diera yo al otoño, Platero, a cambio de esa flor divina,
para que ella fuese diariamente, el ejemplo sencillo y sin término de la
nuestra?
Juan Ramón Jiménez nació en Moguer, España, el 24 de
diciembre de 1881, ganando en 1957 el Premio Nobel de Literatura, siendo su
novela-poema: “Platero y yo” la que influyó para obtener ese galardón.
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literario de URPI para los que inspiran sus acciones en la lectura.
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