
Estas expresiones fueron
vertidas por el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, en nombre de un
centenar de purpurados de la curia y de los venidos a Roma para participar en
el cónclave que elegirá a su sucesor.
Ayer el papa Ratzinger, en
su última audiencia en la plaza de San Pedro como sumo pontífice de la Iglesia,
se despidió de los fieles católicos con un discurso claro y sencillo, durante
el que aseveró que dio el paso a su renuncia con la plena conciencia de su
gravedad y también de su novedad, pero con una profunda serenidad de ánimo.
Según se sabe, el papa
emérito pasará el resto de sus día en un convento de monjas al interior del
Vaticano, dedicado a la meditación y a la reflexión (Fuente: EFE)
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