El 80 por ciento de las exportaciones
mexicanas tiene por destino el vecino del norte y el 40 por ciento de lo que
éste exporta está hecho en el país del sur.
Observadores políticos mexicanos y
norteamericanos, han calificado el
encuentro de Obama con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, como el “momento
México”, pues se produce en circunstancias decisivas para definir un cambio de
enfoque en las relaciones entre Estados Unidos y México.
Estas esperanzas, como ha consignado la prensa estadounidense, están generadas por la agenda de reformas recogidas en el Pacto por México, que invita a que la economía, el comercio y la inversión ocupen un lugar destacado en las conversaciones entre los dos mandatarios, dejando quizá en segundo plano por una vez más la cooperación en materia de seguridad.
También tendrá un espacio en la agenda la
reforma migratoria, que prevé legalizar a 11 millones de indocumentados en
Estados Unidos, en su mayoría mexicanos, así como la seguridad en los más de 3
mil kilómetros de frontera común.
Las autoridades mexicanas quieren ser vistas como socios y no como una amenaza e imponer la idea de “responsabilidad compartida” ante los problemas, aunque la seguridad frente al narcotráfico siga siendo una parte crucial de la relación (Fuente: El País).
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