Bajo el misterioso nombre de
X-37B se engloban una serie de misiones de alto secreto que el Pentágono lleva
realizando desde hace ya casi una década. También conocido como OTV (Orbital Test Vehicle) nos encontramos
ante una pequeña lanzadera espacial que a muchos nos recuerda al ya extinto
programa de transbordadores de la NASA.
Y poco podemos decir salvo que
despegan con la ayuda de un cohete Atlas, se ponen en órbita rompiendo records
de permanencia en el espacio y vuelven a aterrizar con absoluto sigilo sin que
nadie acierte a decir cuál o cuáles son exactamente sus tareas.
Estamos ante un pequeño
vehículo orbital no tripulado, construido por Boeing, con capacidad para estar
en el espacio durante largas temporadas y aterrizar planeando por sí solo (sin
necesidad de cápsula) mediante control remoto.
La andadura de este proyecto
se inicia en 1999 por parte de la NASA pero la falta de presupuesto hacen que
en 2004 la agencia DARPA, encargada de la investigación avanzada del
Departamento de Defensa, tome las riendas del vehículo. Desde entonces el
proyecto X-37B ha sido lanzado hasta en tres ocasiones permaneciendo varios
meses en órbita sin que podamos decir realmente a qué ha dedicado ese tiempo.
Las primeras dos
misiones del vehículo X-37B batieron todas las marcas al permanecer en el
espacio durante ocho y quince meses… En diciembre de 2012 el vehículo volvió al
espacio por tercera vez desde 2010 y hasta nuestros días ha estado orbitando la
Tierra.
Casi dos años de misión que
vuelven a marcar un record y que supuestamente han terminado este pasado martes
con su aterrizaje en la Base Aérea de Vandenberg en California… Y sí, decimos “supuestamente”
porque en realidad no hay confirmación oficial de que tal aterrizaje haya
sucedido.
Todo este halo de misterio que
rodea al vehículo espacial ha traído numerosas teorías sobre sus tareas
espaciales. Cuando el proyecto estaba en manos de la NASA, el OTV tenía
asignada una misión bastante específica de vehículo de pruebas tecnológicas en
órbita, pero desde que el Departamento de Defensa se hizo cargo de él, poco
podemos decir de su trabajo puesto que está clasificado como secreto.
En internet podréis encontrar
casi cualquier tipo de especulaciones, desde las más alocadas y fantasiosas
hasta algunas más coherentes y realistas, aunque hay que recordar que ni
siquiera éstas últimas están confirmadas y no pasan de ser meras suposiciones.
En Astronomía para terrícolas
llevamos siguiendo este proyecto desde hace algún tiempo (en abril de este
mismo año ya hablamos de sus 500 días en el espacio) y lo cierto es que
seguimos sin podemos afirmar nada a ciencia cierta.
Las hipótesis más repetidas
apuntan a que podría estar realizando tareas de espionaje sobre algunos “puntos
calientes” del globo, como por ejemplo China, utilizando además un nuevo tipo
de sensores… pero, como ya habréis adivinado a estas alturas, no está
confirmado por ninguna autoridad o agencia gubernamental.
Otro punto controvertido es el
instrumental que podría llevar a bordo el OTV y aquí las teorías se disparan.
Desde armamento espacial capaz de inutilizar satélites enemigos hasta nuevas
tecnologías de vigilancia en órbita. Por el momento todo queda en especulación,
lo cual hace aún más misterioso el proyecto (Fuente: Por Javier Peláez/Astronomía para
terrícolas).
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