La violencia contra la mujer
en el emporio comercial de Gamarra genera pérdidas por 8 millones 888,673
dólares al año, según una investigación realizada por el Instituto de
Investigación de la Facultad de Ciencias Administrativas y Recursos Humanos de
la Universidad de San Martín de Porres.
De acuerdo a esa
investigación, esta manifestación de la violencia se genera sobre todo a causa
del presentismo, que puede explicarse como estar presente físicamente, pero
distraído o preocupado por cuestiones extra laborales, en este caso a causa de
la violencia, cuyas consecuencias tienen un costo económico para las
trabajadoras agredidas como para los agresores.
Así lo explicó Zaida
Asencios-Gonzales, autora de la investigación "Los costos empresariales de la violencia contra las mujeres en el
Emporio Comercial de Gamarra", el cual contó con el apoyo de la
Cooperación Alemana GIZ, que alienta novedosos estudios para combatir la
violencia contra la mujer en Latinoamérica.
Mercadería malograda
“Por causa del presentismo, las trabajadoras agredidas han perdido o
malogrado mercadería en 11.7 por ciento, han cometido errores laborales en 27.8
por ciento, a lo que se les puede agregar horas y días perdidos de trabajo,
retraso en la entrega de pedidos y deficiente calidad de atención a la
clientela.
"En cuanto a los
agresores (parejas o ex parejas), el
28.8 por ciento ha cometido errores laborales y 15.9 por ciento ha perdido o
malogrado mercadería”, detalló, evidenciando que con la violencia las
hombres también pierden económicamente.
La investigación realizada por
Asencios-Gonzales pone nuevamente en discusión lo interiorizada que está la
violencia en nuestro país.
“Un dato revelador del estudio
es que el 28.2 por ciento de mujeres ha
sido agredida en su centro de labores, lo que demuestra que Gamarra es un sector
muy vulnerable, donde no hay medidas de protección para la mujer, a diferencia
de las empresas grandes.”
Consultada sobre los factores
que activan la violencia contra ellas, detalló que es una suma de factores.
Mirada patriarcal
“La mayoría de personas que
trabajan en Gamarra son de provincia. Hay marcados factores patriarcales. A
esto se suma el alcoholismo y el machismo, que hace la violencia más aceptada
por todos. Encontramos casos no solo entre las asalariadas, sino también entre
mujeres jefas de emprendimientos”, anotó.
La investigadora de USMP,
quien próximamente desea analizar los efectos de la violencia entre parejas
universitarias, lamentó que durante el estudio las mujeres y hombres (con
familiares víctimas de la violencia) no supieran adónde acudir para solucionar
su problema ni que el Estado tiene programas para atender estos lamentables
casos.
“Esperamos que esta información sensibilice a las empresas para que luchen
contra la violencia. Así como se realizan estrategias de crecimiento y mejora
de utilidades, también deben desarrollarse para prevenirla. No hay que
olvidar que en una organización el activo más importante es el trabajador”, indicó.
Ciclos de la violencia: del
perdón al olvido
“La mayor parte de las
vendedoras niega la violencia. Considera que si su pareja o expareja les ha
golpeado o amenazado eso forma parte de las discusiones de una pareja”, detalló
Zaida Asencios-Gonzáles. En todos los
casos primero la reconocen, luego la niegan y, finalmente, perdonan al agresor
para comenzar un nuevo ciclo que nunca termina.
Se ha determinado que las mujeres del emporio comercial de Gamarra
padecen 27.4 ataques al año que pueden ser de tipo psicológico, económico,
físico y sexual. El 7 por ciento de la muestra ha tenido que acudir a un centro
médico.
“Con la violencia, el Estado también enfrenta
pérdidas, como las de vidas humanas, gastos en atención médica, gastos
policiales, judiciales y en servicios sociales”, agregó la investigadora
(Fuente: Andina. Foto: m.mass.pe).
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