La Unión Europea (UE) y Cuba
han cerrado su última ronda de conversaciones "productivas" de cara a
alcanzar un acuerdo de diálogo político y de cooperación, y que avanzan con más
rapidez en sus aspectos económicos y comerciales que en los políticos, dijeron
hoy fuentes comunitarias.
Representantes de Bruselas y
La Habana celebraron este lunes y el martes en la capital de Bélgica su cuarta
ronda de conversaciones sobre ese futuro acuerdo, al tiempo que prepararon la
reunión sobre diálogo estructurado prevista para finales de junio en esta
ciudad.
Las conversaciones han estado
dirigidas por parte europea por el director ejecutivo para las Américas del
Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler, y por el
viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno Fernández.
Respecto a la evolución de
estas tratativas que comenzaron en abril de 2014, fuentes comunitarias
indicaron que "se está en diferentes niveles, se hacen progresos en
cooperación y también en el capítulo comercial y económico", mientras que
precisaron que "se hacen menos progresos en el diálogo político, pero eso
ya lo habíamos anticipado".
"La parte económica y
comercial del tratado está casi completada", subrayaron las fuentes, que
explicaron que ambas partes tienen "un mejor entendimiento sobre
objetivos, ambiciones y sensibilidades en el capítulo del diálogo
político".
Las fuentes, que prevén que la
siguiente ronda de contactos pueda celebrarse hacia septiembre próximo,
calificaron las conversaciones de "muy productivas" y celebradas con
un "espíritu constructivo, con compromisos apropiados y progresos en áreas
significativas, incluidos algunos elementos sensibles para Cuba y para la
UE".
"Las reuniones se
efectuaron en un clima constructivo y profesional", indicó el Ministerio
de Relaciones Exteriores de Cuba en un comunicado.
Agregaron que las tratativas
se desarrollan sobre las bases acordadas por "ambas partes en 2008, que
incluyen: el carácter incondicional, recíproco y no discriminatorio, pleno
respeto a la igualdad soberana de los Estados, al marco jurídico y al
ordenamiento institucional de las partes, así como total apego al principio de
no injerencia en los asuntos internos de los Estados".
La parte cubana confirmó
también en el mismo comunicado que "prácticamente se concluyó la
negociación sustantiva de la parte del acuerdo correspondiente al
comercio" y se lograron "resultados significativos en cooperación,
cuya negociación se encuentra en fase muy avanzada".
No obstante, las fuentes
europeas indicaron que en ese capítulo quedan algunos temas sensibles para la
parte cubana, como es la inmigración.
La Habana ha indicado también
que hubo "un intercambio útil sobre el capítulo de diálogo político, que
permitió expresar las respectivas posiciones y aspiraciones sobre sus
componentes".
A ese respecto, las fuentes
europeas apuntaron en la misma línea a que de estas reuniones ha salido un
"mejor entendimiento" de lo que cada una de las partes persigue.
"No son ningún secreto
nuestros puntos de vista sobre lo que representa una gobernanza efectiva y de
asunción de responsabilidades, o cómo los derechos tienen que ser
interpretados", indicaron las fuentes europeas, que subrayaron que se
busca el camino para superar esas divergencias.
Las mismas fuentes recordaron
que las partes negocian un acuerdo marco para la cooperación y el diálogo con
acciones específicas, que sea equilibrado, al tiempo que señalaron que "no
es un acuerdo preferencial de comercio. No hay preferencias comerciales
previstas. Ni Cuba lo ha pedido ni nosotros lo hemos ofrecido".
Las fuentes europeas
subrayaron también que como todos los acuerdos que la UE firma con terceros
países se incluirán cláusulas de salvaguarda sobre el respeto de los derechos
humanos.
Esas cláusulas "con
efectos suspensorios" estarán presentes en el acuerdo "como lo están
en todos los acuerdos con países terceros... Si no se respeta eso, no hay
acuerdo, y eso se ha dicho desde el principio", precisaron las fuentes.
La Unión Europea aplica a Cuba
desde 1996 la llamada "posición común", una política restrictiva que
condiciona las relaciones con la isla a avances democráticos y en materia de
derechos humanos.
"Discutimos con nuestros
interlocutores cubanos desde hace años a nivel de funcionarios y a nivel
político y también lo vamos a hacer en el nuevo diálogo estructurado en temas
de derechos humanos, que se iniciará en poco tiempo con reunión preparatoria
aquí en Bruselas", señalaron (Fuente: EFE).
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