Una nueva bomba explota a la
FIFA: Chuck Blazer, exdirigente de la institución, admitió el cobro de sobornos
durante el proceso de adjudicación de las Copas del Mundo de 1998 y 2010, en
otro episodio del escándalo de corrupción que cada vez se estrecha más sobre el
dimitido presidente Joseph Blatter.
Esta confesión data de 2013,
pero la revelación por parte de la justicia norteamericana tras su
desclasificación amplifica aún más la crisis sin precedentes que afecta la
FIFA.
Blazer, la cara del fútbol de Estados
Unidos y la CONCACAF entre 1991 y 2013 y ex miembro del comité ejecutivo de la
FIFA de 1996 a 2013, se confesó culpable en noviembre de 2013 de fraude,
blanqueo de dinero y evasión fiscal.
El millonario barbudo y pintoresco,
personaje ineludible en el fútbol americano durante dos décadas, ha desvelado
los secretos sobre la atribución de dos mundiales, lo que constituye el primer
testimonio de un alto cargo de la FIFA sobre las prácticas oscuras de la más
alta instancia del fútbol.
"En el periodo en el que
trabajé para la FIFA y la CONCACAF, yo y otros miembros del comité ejecutivo de
la FIFA acordamos aceptar sobornos al menos en dos ocasiones", declaró el
exdirigente en su presentación ante el juez.
"En 1992 o alrededor de
esa fecha me puse de acuerdo con otras personas para facilitar aceptar un
soborno en relación con la selección de la nación anfitriona de la Copa del
Mundo de 1998", añadió en otro momento este estadounidense de 70 años.
Impopularidad
En otro documento, la justicia
estadounidense precisó que Blazer fue invitado a Marruecos por el comité de la
candidatura local junto con alguien que los investigadores identifican como
"cómplice N.1".
"Blazer estaba presente
cuando un representante del comité de la candidatura marroquí ofreció un
soborno al cómplice N.1 a cambio de su voto para Marruecos en la elección de la
sede del Mundial-1998. El conspirador N.1 aceptó el soborno".
La organización de aquel
Mundial acabó otorgándose a Francia, rival de Marruecos, por 12 votos a 7.
El escenario se reprodujo años
después, con la elección del país organizador del Mundial de 2010. Egipto,
Marruecos y Sudáfrica compitieron y Blazer fue en esta ocasión un beneficiario
directo.
"Desde 2004 hasta 2011,
yo y otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA acordamos aceptar sobornos
en relación con la selección de Sudáfrica como nación anfitriona de la Copa del
Mundo de 2010", admitió Blazer ante el juez.
La justicia estadounidense sospecha
del trinitano Jack Wagner, entonces presidente de la CONCACAF, de haber cobrado
10 millones de dólares a cambio de tres votos a favor de la candidatura
sudafricana, que acabó siendo la designada para organizar el Mundial-2010.
Objetivo
Blatter
Sudáfrica admitió el martes el
pago de 10 millones a la CONCACAF, pero aseguró que era para proyectos de
desarrollo en el Caribe y no para sobornos. La policía sudafricana anunció este
jueves que abre una investigación por este caso.
La FIFA admitió la transferencia,
pero negó la implicación del brazo derecho de Blatter, el secretario general
Jerome Valcke, que el miércoles dijo no sentirse culpable del escándalo de la
FIFA.
Paralelamente, la policía
australiana indicó este jueves que investiga un presunto caso de malversación
de fondos en el marco de la candidatura de Australia a la organización del Mundial-2022 de fútbol,
que se atribuyó a Catar en un contexto de acusaciones de corrupción.
El presidente de la Federación
Australiana de Fútbol, Frank Lowy, estimó el miércoles que el proceso de
designación del país "no fue claro" y acusó al trinitense Jack
Warner, ex vicepresidente de la FIFA y expresidente de la CONCACAF, de
malversar una importante donación australiana.
Por su parte, Wagner aseguró
tener documentos que demuestran la implicación del ente rector del fútbol
mundial en las elecciones legislativas de Trinidad y Tobago en 2010.
"He reunido una serie de
documentos que muestra una relación entre la FIFA, su financiación y el
Congreso Nacional Unido (UPC por sus siglas en inglés)", un partido
trinitense, dijo Warner en un anuncio de cinco minutos difundido por la cadena
de televisión TV6.
Todas estas revelaciones no
hacen sino estrechar el cerco sobre el presidente Joseph Blatter, que anunció
su dimisión el martes.
Según los medios
estadounidenses, Blatter, cuyo sucesor no será conocido antes de un Congreso
extraordinario previsto en Zúrich entre diciembre de 2015 y marzo de 2016,
tiene detrás a la justicia norteamericana.
Para el New York Times,
Blatter "intentaba desde hace días tomar distancias respecto al
escándalo", pero las autoridades "esperan obtener la cooperación de
algunos de los responsables de la FIFA inculpados" por corrupción para
cerrar el círculo a su alrededor.
Inglaterra
se ofrece para el 2022
La cadena ABC News informó de
una investigación del FBI sobre Blatter, citando a responsables anónimos de las
fuerzas del orden, así como a fuentes próximas del dosier, pero sin dar
detalles.
Y este miércoles, la Interpol
emitió a petición de las autoridades estadounidenses seis demandas de detención
con fines de extradición, entre ellos las de dos ex responsables de la FIFA: el
trinitense Jack Warner, ex vicepresidente de la FIFA, y el paraguayo Nicolás
Leoz, ex miembro del comité ejecutivo.
El excapitán de la selección
inglesa de fútbol David Beckham dijo este jueves que los hechos que se imputan
a la FIFA son "despreciables, inaceptables y espantosos", mientras
que el secretario de Estado del Deporte británico aseguró en el Parlamento que
su país está dispuesto a organizar el Mundial-2022 si se le retira finalmente a
Catar (Fuente: AFP).
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