La prensa de China, un país
donde su liga ha vivido muchos años envuelta en escándalos de corrupción,
reaccionó hoy con sorpresa y recelo a la dimisión del presidente de la FIFA,
Sepp Blatter, de quien temen que esté involucrado en el escándalo que la semana
pasada hizo temblar los cimientos del organismo.
"La respuesta a la
dimisión podría encontrarse en la miríada de alegaciones contra sus colegas en
la FIFA", analiza un artículo de la agencia oficial Xinhua, en el que se
vaticina que la elección de un sustituto será muy complicada y generará nuevas
divisiones.
Según el medio estatal,
Blatter ha tenido que luchar contra acusaciones de corrupción desde que llegó a
la presidencia, en 1998, pero la situación se ha vuelto insostenible con las
acusaciones que la prensa estadounidense ha lanzado contra su "mano
derecha" Jerome Valcke, secretario general de la FIFA.
Xinhua también deduce que los
influyentes patrocinadores de la FIFA pueden haber jugado un papel en la
decisión de Blatter, y en ese sentido consideró sospechoso que la multinacional
Coca Cola, uno de esos "sponsors", tardara más de una hora en
reaccionar a la marcha del suizo.
En la prensa en papel, el
hongkonés South China Morning Post señala con acidez en sus hojas de opinión
que la marcha de Blatter "va a ser celebrada por cualquier aficionado al
fútbol, con excepción de Pelé, Putin y los 133 delegados que votaron por
él".
En todo caso, añade, el hecho
de que lo hiciera tan sólo cuatro días después de ser reelegido, en una
tormentosa asamblea enrarecida por las investigaciones de la Justicia
estadounidense, convierte el fin del "blatterato" en uno de los
grandes shocks de la historia del deporte, comparable a cuando Lance Armstrong
confesó su dopaje o Tiger Woods reveló su adicción al sexo.
El diario China Daily prefiere
una imagen a mil palabras e ilustra con una potente imagen el escándalo que
sobrevuela la FIFA: en una viñeta del caricaturista Sthephff, la dorada Copa
del Mundo que el organismo entrega en los Mundiales es decorada con gusanos,
moscas y ricachones con grandes fajos de billetes en sus manos (Fuente: EFE).
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