Que un arrozal produzca
electricidad noche y día para una aldea recóndita de Asia es un sueño que cobra
forma en Holanda con un sistema que genera corriente utilizando plantas que
crecen en medios saturados de agua.
"El principio consiste en
que la planta produzca más energía de la que necesita", explica a la AFP
Marjolein Helder, al frente de Plant-e, una compañía radicada en Wageningen
(este de Holanda).
"La ventaja de este
sistema con relación al eólico o al solar -explica- es que funciona incluso por
la noche y cuando no hay viento".
Fundada en 2009, Plant-e
comercializa y perfecciona un sistema imaginado por investigadores de la
universidad de Wageningen y patentado en el 2007.
El sistema permite producir
electricidad siempre que las plantas crezcan en un medio saturado de agua, ya
sea a gran escala, como en un manglar, un arrozal o un pantano, o simplemente
en un jardín.
"Está en sus comienzos y
todavía hay que mejorar mucho pero su potencial es enorme", estima
Jacqueline Cramer, profesora de innovación sostenible de la universidad de
Utrecht y antigua ministra de Medio Ambiente de Holanda.
"Si este sistema acaba
siendo eficiente, es posible imaginar el suministro eléctrico a zonas
recónditas e incluso instalarlo en nuestras ciudades y en el rural para
producir energía verde", añade.
La tecnología se basa en la
fotosíntesis, con la que la planta produce materia orgánica. El excedente que
no utiliza lo desprende en el suelo a través de las raíces, alrededor de las
cuales viven microorganismos que se alimentan de ella y liberan electrones.
Colocando electrodos de
carbono cerca de las raíces, "se recolectan" estos electrones y se
puede generar corriente.
Producir electricidad mediante
las plantas no es algo nuevo, "pero aquí no necesitamos dañarlas",
recalca Helder.
Si el agua se congela o se
evapora el sistema deja de funcionar. "Pero basta con añadir agua o con
que el hielo se derrita para que vuelva a ponerse en marcha", asegura
Helder.
Un camino
largo
Plant-e vende actualmente su
sistema, sobre todo para lugares públicos o tejados de edificios. Para cubrir
una superficie de 100 m2 costará 60 mil euros.
Pero el producto estrella
todavía no está listo. Se trata de un sistema en forma de tubo que podrá sumergirse
en un medio saturado de agua.
El campo de aplicación
potencial es enorme, sobre todo en el sudeste asiático, rico en arrozales y
humedales y donde el acceso a la electricidad es difícil.
Según cifras del Banco
Mundial, menos de la mitad de la población de Camboya (31 por ciento) y de
Birmania (49 por ciento) tiene acceso a la electricidad. En otros países como
Bangladesh (55 por ciento) o Laos (66 por ciento) los porcentajes también son
bajos.
A Plant-e todavía le queda
mucho camino por recorrer. Por el momento sobrevive gracias a subsidios, pero
tiene que reducir los costes y sobre todo mejorar mucho la eficacia.
Actualmente, una instalación
del sistema en 100 m2 permite cargar un smartphone, encender una serie de
bombillas LED o alimentar una antena wifi, estima Helder.
Dentro de "algunos
años", Plant-e espera producir 2.800 kilovatios por hora con la misma
superficie, es decir alrededor del 80 por ciento de las necesidades en
electricidad de una pareja holandesa.
Para probar la tecnología a
mayor escala se han instalado dos sistemas de 100 m2 cada uno, por un costo
total de 120.000 euros, en un puente y en un polo económico gracias al apoyo de
las autoridades locales (Fuente: AFP).
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