Lo que empezó siendo un juego terminó en un
terrible accidente y en un fatal acto heroico que muestra el pésimo estado de
la sanidad rusa. Masha, una niña de 6 años, falleció tras salvar la tras salvar la vida
de su hermano pequeño Dima, de 18 meses de edad.
Todo ocurrió en la casa familiar, en la localidad de Suuk-Chishma, en la república rusa de Baskortostán, que se encuentra a 1.400 kilómetros al este de Moscú. Mientras los padres trabajaban en el jardín, los niños jugaban en la cocina.
Todo ocurrió en la casa familiar, en la localidad de Suuk-Chishma, en la república rusa de Baskortostán, que se encuentra a 1.400 kilómetros al este de Moscú. Mientras los padres trabajaban en el jardín, los niños jugaban en la cocina.
Accidentalmente, Masha se trabó con el cable de un pequeño calentador
eléctrico que en ese momento contenía agua hirviendo. El aparato volcó y el líquido se derramó por toda la mesa. Al ver
que el líquido se dirigía hacia su hermano, que se encontraba cerca del mueble,
Masha no se lo pensó dos veces y se
tiró sobre él para protegerle.
Tatyana Yantuganova, madre de los pequeños, explica en declaraciones
concedidas al Daily Mail que fue entonces cuando escuchó los terribles
gritos de su hija quemándose. “Entré en la cocina y la vi aullando y a
la vez aguantándose las lágrimas: no
quería que la viese llorar para que no me preocupara”.
Dima también lloraba, porque aunque su hermana le había protegido, no había podido evitar que se quemara. Y aunque los padres les cubrieron de hielo y avisaron rápidamente a los servicios de emergencia, no pudieron salvar a Masha. No tanto por la gravedad de las heridas sino por la incompetencia de las autoridades.
Dima también lloraba, porque aunque su hermana le había protegido, no había podido evitar que se quemara. Y aunque los padres les cubrieron de hielo y avisaron rápidamente a los servicios de emergencia, no pudieron salvar a Masha. No tanto por la gravedad de las heridas sino por la incompetencia de las autoridades.
Despropósito tras despropósito
Según Tatyana, ninguna ambulancia acudió a su llamada, así que cansados de esperar, ella y su marido llevaron a los niños al hospital. Allí, tras una hora de espera, fueron atendidos. Pero aquí no acabaron los despropósitos, ya que les comunicaron que solo tenían apósitos y cremas para tratar a uno de sus hijos. Los padres corrieron a otro hospital, pero ya era demasiado tarde: las quemaduras de tercer grado en el 60 por ciento del cuerpo fueron demasiado para Masha, que falleció.
Al menos los doctores sí que pudieron tratar a Dima, que tenía quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. El niño sigue ingresado y se está recuperando.
“Mi hija ha muerto porque no fue correctamente atendida”, resume desolada Tatyana Yantuganova (Fuente: WTB).
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