Cuando
te hallara fuera de la casa, te besaría y no me menospreciarían.
Te
llevaría y te haría entrar en casa de mi madre; tú me enseñarías.
Yo
te daría a beber vino aromado con licor de mis granadas.
Su
izquierda esté debajo de mi cabeza; con su derecha me abrace.
El
esposo
¡Yo
os conjuro, hijas de Jerusalén, que no despertéis a mi amor!
¡Dejadla
dormir mientras quiera!
El
poder del amor
Coro
¿Quién
es esta que sube del desierto, recostada sobre su amado?
El
esposo
Debajo
de un manzano te desperté; donde tuvo tu madre los dolores, donde tuvo los
dolores quien te dio a luz.
La
esposa
Ponme
como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte
como la muerte es el amor y duros como el infierno los cielos.
Sus
brasas son brasas de fuego, potente llama.
Las
muchas aguas no podrán apagar el amor ni lo ahogarán los ríos.
(*)
Fragmento del libro poético El Cantar de los Cantares de Salomón, que se
encuentra en la Biblia.
Rincón literario de URPI para los que inspiran sus
acciones en la lectura.
Boletín virtual de los sábados.
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