El papa Francisco ha
reabierto el proceso de beatificación del arzobispo de San Salvador, Óscar
Arnulfo Romero, quien fuera asesinado el 24 de marzo de 1980 por un
francotirador, después de haber exhortado a los soldados salvadoreños a no
disparar contra el pueblo.
Romero abanderado de
la lucha por los derechos humanos en su país fue asesinado en la capilla del
Hospital de Los Cancerosos, mientras oficiaba misa.
Óscar Arnulfo Romero,
llamado por muchos latinoamericanos como “San Arnulfo Romero”, decidió
comprometerse con los campesinos y los sectores más humildes de El Salvador
luego que matarán a su amigo, el sacerdote Rutilio Grande, sólo por su firme
compromiso con los pobres y los más empobrecidos que exigían del gobierno de
turno, justicia para sus reclamos.
El anuncio del “desbloqueo”
a la beatificación de Romero, iniciado en 1994, fue hecho ayer en Bari (sur de Italia) por el
presidente del Consejo Pontificio para la Familia, arzobispo Vicenzo Paglia,
durante el vigésimo aniversario de la muerte del obispo Tonino Bello, quien
fuera presidente de Pax Christi.
Durante la misa que
celebró Paglia en esa localidad dijo que “estos dos mártires (Romero y Bello)
nos ayudan a vivir” (Foto: D.R.)
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