sábado, 6 de abril de 2013

PÁGINAS MEMORABLES: DE LA DESCONFIANZA


 
Por: Teofrasto



El espíritu de desconfianza nos hace creer que todo el mundo es capaz de engañarnos. Por ejemplo, un hombre desconfiado que manda a su doméstico a la compra hace que le siga otro doméstico para que se informe exactamente de lo que todo ha costado. Si sale de viaje y lleva dinero encima lo cuenta a cada paso para ver si está la cuenta justa. Otras veces, cuando está acostado con su mujer, le pregunta si está bien cerrada la caja, si el arca está bien cerrada y si ha tenido el cuidado de cerrar bien la puerta del vestíbulo, y aunque ella le asegure que todo está como debe, empieza él a inquietarse y acaba por levantarse del lecho para inspeccionar él mismo todos los rincones de la casa, que recorre descalzo y en camisa; después de hacer el registro tarda mucho en dormirse y lo consigue con dificultad.

Lleva testigos cuando va a reclamar lo que le deben, para que a sus deudores no se les antoje un día negar la deuda. No manda teñir su ropa a la mejor tintorería sino a casa del tintorero que consiste en dar caución. Si alguien se aventura a pedirle en préstamo uno o más vasos, los niega comúnmente y si los presta (no los deja salir de su casa hasta después de pesarlos, y al día siguiente envía recado suplicando que se los devuelvan).

Al esclavo preferido, que le acompaña por la ciudad, le hace caminar delante por miedo que tiene de perderlo de vista y de que se le escape huyendo. Al hombre que toma de su casa algún objeto y le dice: Justipreciadlo para ponerlo en mi cuenta, le responde: Dejad eso donde estaba, que yo tengo muchas ocupaciones para andar corriendo detrás de mi dinero.

 

(*) Teofrasto nació en Éfeso (Lesbos), aproximadamente hacia el año 374 de la era pagana, y vivió prolongada vida, puesto que su muerte debió ocurrir, según las noticias biográficas, por el año 287 a.e.

 

Discípulo y heredero de Aristóteles, Teofrasto fue llamado así en mérito a su gran elocuencia, substituyendo el verdadero nombre de Tiriamo por el apodo que significa de habla o estilo divino.

 

 

 

 

Rincón literario de URPI para los que inspiran sus acciones en la lectura.

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