Estados Unidos, con la ayuda
del Reino Unido y Arabia Saudí, han creado y financiado el mismo yihadismo
internacional que simulan combatir para poder dominar el mundo, aseguró ayer a Efe Daniel Estulin, escritor y antiguo
agente del KGB.
"Fuera de control"
(Planeta) es el nuevo libro de Estulin, en el que el candidato al Premio
Pulitzer y al Premio Nobel de la Paz 2015 revela los entresijos de la
financiación occidental de los principales grupos del terrorismo islamista,
desde Al Qaeda hasta el Estado Islámico (EI), con el único fin de
"controlar el mundo".
La dinámica de los poderosos,
explica Estulin, es siempre la misma: crear guerras que acaben con los estados
que no siguen sus directrices y aprovecharse de ellas para instaurar su poder,
como sucede actualmente en Oriente Medio.
"Se puede hablar de revoluciones
o golpes de Estado, pero en realidad la situación sigue el patrón del
'Imperio'. Se trata de romper los países y crear 'mini países' sin poder, como
hicieron en la antigua Yugoslavia y la Unión Soviética, en Pakistán o Sudán y como ahora quieran en Irak y Yemen",
explica.
A juicio de este antiguo
miembro del contraespionaje soviético reconvertido en un autor de éxito, con
casi 7 millones de libros vendidos en 67 países y 44 idiomas, "usan
siempre la misma táctica simplemente porque les funciona y Libia o Siria no son
distintos".
Las tesis de su última obra,
en la que utiliza "704 fuentes de información", se basan en los datos
que recopiló desde 2010 gracias a personas que trabajaban para el Gobierno de
EEUU o bancos internacionales y que tuvieron acceso a "material muy
sensible".
"Todos acabaron en la
cárcel para esconder que la guerra contra el terror es la tomadura de pelo más
grande de la historia", afirma Estulin, que sitúa el comienzo de sus
investigaciones en los datos que le proporcionó Brad Birkenfeld, un trabajador
del banco suizo USB que acabaría pasando dos años y medio en prisión.
"En 2008 descubrió que
había 19.000 cuentas secretas de los terroristas con 54.000 millones de dólares
y que eran controladas por los Gobiernos de EEUU, el Reino Unido y Arabia Saudí
y decidió contarlo todo a la Justicia norteamericana", asegura.
Birkenfeld declaró ante un
Comité del Senado del que formaba parte el entonces senador y actual presidente
de EEUU, Barack Obama. "Por eso cuando ahora dice que no sabía nada te
percatas de hasta donde llega el cinismo del 'Imperio'", dice el escritor.
La información y los
documentos que le proporcionaron Birkenfeld y otros trabajadores de empresas y
bufetes vinculadas al Gobierno demuestran que "las mismas personas que
investigan en EEUU las fuentes de financiación del yihadismo trabajan para
camuflar el dinero de los terroristas".
Explica que en ese ámbito se
movían personas "como el ex fiscal general del Estado Eric Holder, el
antiguo director del FBI Leon Panetta y el ex secretario del Tesoro Timothy
Geithner".
Sobre el Reino Unido, el
antiguo espía destaca que es el "centro del terrorismo, pues diez de sus
grupos tienen su sede en Londres porque la Corona y el MI6 (servicios secretos)
lo permiten" y añade que "siete lugartenientes de Bin Laden operan
desde allí", entre los que cita a Abu Doha, Abu Abdalá y Abu Qataba, quien
trabaja para los servicios secretos según el diario The Times.
"En el libro explico lo
que sucedió en Libia y como a Gadafi se lo quitó de en medio Abdelhakim
Belhadj, terrorista utilizado por el MI6, que lo sacó de Guantánamo para usarlo
después en 2011 y matar" al dictador libio, explica.
Estulin asegura que
"ahora quieren hacer lo mismo y destruir Siria, pero (el presidente
Bachar) Al Asad no es Gadafi".
"Rusia ha dicho basta
porque sabe que después de Siria va Irán y luego ella, sabe que el 'Imperio' no va a
parar y que va acabar por llevarnos a una guerra termonuclear sin importarles
la muerte de miles de millones de personas y el fin de todo".
Preguntado sobre si teme por
su vida por revelar una información tan delicada, Estulin asegura que no se
siente amenazado.
"Vengo del mundo del
contraespionaje y conozco los servicios secretos. En realidad mis casi 7
millones de lectores no son nada comparados con los 1.000 millones que ven un
partido de fútbol; no soy un riesgo en un mundo aborregado", concluye
(Fuente: EFE).
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