7-07-2002
Aves sin nido
(Fragmento)
Clorinda
Matto de Turner
Martina, la mujer de Isidro Champi, luego que salió
de la casa de su compadre Escobedo, después de sacrificar las cuatro cabezas de
ganado vacuno ante la avaricia del compadre, asustada con la noticia de que la
prisión de su marido era realmente por las campanadas de la asonada, fue
corriendo a su casa, tomó los ponchos de abrigo de Isidro y se dirigió a la
cárcel.
El carcelero
le dejó entrar libre, y cuando vio a su marido se echó a llorar como una loca.
- ¡Isidro, Isidro! ¿dónde te veo?... ¡ay! ¡ay! Tus
manos y las mías están limpias de robo y de muertes..! ¡ay ¡ay..! , decía la
pobre mujer.
- Paciencia Martica, guarda tus lágrimas y pide a la
Virgen – contestó Isidro procurando calmar a la mujer que, secándose los ojos
con el canto de uno de los ponchos, repuso:
- ¿Sabes Isidro, he ido a ver nuestro compadre
Escobedo y él dice que prontito te sacará libre?
- ¿Eso ha dicho?
- Si, y aun le he pagado.
- ¿Qué cosa le has pagado? Te habrá pedido plata,
¿no?
- ¡No! Si ha dicho que te han traído por las
campanadas de esa noche de las bullas de la casa de don Fernando. ¡Jesús! ¡y
tantos muertos que hubo...! y ese wiracocha dice que tiene plata y nos
perseguir…- dijo la india santiguándose al mentar a los muertos.
- Así dijo también don Estéfano – contestó Isidro, e
insistiendo en la primera pregunta, pues harto conocía a los notables del
lugar, dijo: ¿Y qué cosas has pagado, pues claro?
- ¡Isidrocha..! ¡tú te enojas..! ¡tú te estás
poniendo amargo como la corteza del molle! – repuso la india con timidez.
- ¡Vamos, Martina! Tú has venido a martirizarme como
el gusano que corroe el corazón de las ovejas. Habla, o si no, vete y déjame
solo…Yo no sé por qué no quieres decir…¿qué le pagaste?
- Bueno, Isidro. Yo le he dado a nuestro compadre lo
que ha pedido, porque tú eres el encarcelado, porque yo soy tu paloma
compañera, porque debo salvarte, aunque sea a costa de mi vida. No te enojes,
tata, le he dado las dos castañitas, la negra y la afrijolada… - enumeró
Martina acercándose más a su marido.
- ¡Las cuatro vaquillas! – dijo el indio empalmando
las manos al cielo y lanzando un suspiro tan hondo, que no sabemos si le
quitaba un peso horrible del corazón o le dejaba uno en cambio del otro.
- Si él quería que le diese vacas, y apenas como
quien arranca la raíz de las gramas, le he arrancado el si por las vaquillas,
porque una es para el gobernador, una para el subprefecto y la afrijolada para
nuestro compadre.
El indio, al
escuchar la relación, inclinó la cabeza mustio y silencioso, sin atreverse a
decir nada a Martina quien después de algunos momentos salía en pos de sus
hijos enjugando nuevas lágrimas y con el corazón repartido entre la cárcel y la
choza.
Grimanesa Martina Matto Usandivaras de Turner,
Clorinda Matto de Turner, nació en el Cusco el 11 de setiembre de de 1852 y
falleció exiliada en Buenos Aires el 25 de octubre de 1909. Creadora del género
de la novela indigenista escribió Aves sin nido (lo que le valió ser perseguida
por una sociedad patriarcal y latifundista) y Tradiciones Cusqueñas, entre
otras obras.
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