Los mercados
mundiales tuvieron dificultad por encontrar un rumbo este miércoles en tanto los
inversionistas procesaban los resultados electorales de Estados Unidos.
Los mercados de Asia tuvieron desempeños mixtos en la tarde,
con el índice bursátil Hang Seng en Hong Kong sin alteración, el Nikkei en
Tokio por encima 0,1 por ciento y el
Shanghai Composite por debajo 0,2 por ciento.
Los mercados europeos abrirán pronto, seguidos por los
intercambios en Estados Unidos, en donde los futuros apuntaban a una apertura
más baja.
En los mercados de monedas, el dólar estadounidense se
debilitó frente al euro, la libra esterlina y el yen japonés.
Parece que el statu quo se mantuvo en general en gran parte
del gobierno de Estados Unidos. El presidente Obama logró su segundo período en
la Casa Blanca. Los republicanos retuvieron el control de la Cámara de
Representantes y los demócratas siguieron siendo mayoría en el Senado.
Con un balance estático del poder, probablemente la reacción
del mercado sea silenciosa, según dicen los analistas de UBS.
“Creemos que un escenario de statu quo ya está presente en
los precios de las acciones”, escribieron los analistas en una nota a los
clientes. “Por eso… esperamos que las acciones tengan una reacción inicial
modestamente negativa”.
Pero podría haber algún movimiento. Una victoria de Obama
puede dar lugar a una venta de activos, según dijeron los analistas de
Barclays, quienes advirtieron que la reacción probablemente sería “pequeña y de
corto plazo, si pasa”.
Se creía que Wall Street favorecería a Mitt Romney, el
contendiente republicano con vínculos cercanos con el capital privado y las
comunidades de negocio. Pero una victoria de Romney habría generado una
política monetaria más severa, pues el candidato expresó descontento por la
dirección de la política de la Reserva Federal.
Los inversionistas ahora concentrarán su atención, con la
elección ya finalizada, al llamado “fiscal cliff”, el abismo fiscal.
La inacción generaría un aumento brusco en impuestos y
profundos recortes al gasto federal que entrarían en vigencia en enero.
Economistas, incluyendo varios miembros de la Reserva Federal, están de acuerdo
con que la economía probablemente caerá en una nueva recesión si este escenario
ocurriese.
Algunos analistas, incluyendo los de UBS, predijeron que los
problemas serán difíciles de resolver, especialmente antes de la nueva clase de
legisladores que estarán en el poder el próximo año en Washington.
“En un escenario en que la composición política no cambia
con respecto al verano anterior, esperamos una batalla intensa”, dijo. “No
estaríamos sorprendidos si las decisiones más difíciles de política fiscal de
largo plazo son descartadas una vez más”.
No hacer un progreso en temas fiscales podría tener
consecuencias económicas, incluyendo posibles rebajas a la calificación
crediticia (Fuente: Charles Riley,
CNN Money).
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