El papa ha aprobado una reforma del código penal de
la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano que contempla, entre
otras, la introducción del delito de tortura, la supresión de la cadena
perpetua y una amplia y mayor definición de los delitos contra menores, entre
ellos la pornografía infantil y el abuso de menores.
Con esta reforma, aprobada a través de un
"Motu Proprio" (documento papal), el papa Francisco prosigue la
puesta al día del ordenamiento jurídico en la línea ya comenzada en 2010 por
Benedicto XVI, informó el Vaticano.
El sistema penal vaticano está basado todavía, en
algunos aspectos, en el italiano Código Zanardelli adoptado en 1929 tras los
Pactos Lateranenses con Italia que dieron vida al Estado de la Ciudad del
Vaticano.
Con este reforma, que afectará a todo el territorio
del Vaticano y a los nuncios (embajadores) y al personal diplomático de la
Santa Sede, Francisco pretende adecuar la legislación vaticana a la legislación
internacional, también en la lucha contra la criminalidad internacional, el
blanqueo de dinero y el terrorismo.
LAS
REFORMAS
Entre las reformas, destaca la introducción del
delito de tortura y una mayor precisión sobre los delitos de trata de personas,
prostitución, violencia sexual, pornografía infantil, posesión de material de
pornografía infantil y abusos contra menores.
Ya el 15 de julio de 2010, Benedicto XVI dio una
vuelta de tuerca en su lucha contra la pederastia y aprobó una reforma que
introducía la ampliación de 10 a 20 años del tiempo para denunciar los abusos y
la inclusión del delito de posesión de pornografía infantil.
También equiparó los abusos contra discapacitados
psíquicos adultos a los cometidos contra menores e introdujo un nuevo delito
por el que se castigaba la adquisición, posesión y difusión "por parte de
un miembro del clero, en cualquier modo y con cualquier medio", de
imágenes pornográficas que tengan como objeto a menores de 14 años.
Ahora, Francisco también ha incluido en la
normativa el delito contra la humanidad, el genocidio y el
"apartheid", así como normas más duras contra la corrupción.
El papa Bergoglio ha abolido la condena a cadena
perpetua y la ha sustituido por penas que van de los 30 a los 35 años.
El secretario de Estado de la Santa Sede
("ministro de Exteriores"), el arzobispo Dominique Mamberti, señaló
que las leyes aprobadas representan una "intervención normativa de largo
alcance" y desarrollan también las adoptadas por Benedicto XVI a partir de
2010 sobre la prevención y la lucha contra el lavado de dinero y la
financiación del terrorismo.
Mamberti precisó que a pesar de los cambios de
muchas normas "no sería correcto" afirmar que las conductas en ellas
sancionadas fueran hasta ahora penalmente lícitas," ya que de hecho se castigaban".
El arzobispo francés añadió que la introducción de
las nuevas disposiciones "sirve para identificar con mayor certeza y
definición los casos delictivos y cumplir, así, con las normas internacionales,
ajustando las sanciones a la específica gravedad de los hechos".
Mamberti destacó entre las nuevas figuras
delictivas introducidas la extradición de todas las personas acusadas o
declaradas culpables de los delitos sobre seguridad área o marítima cometidos
en el extranjero "en el hipotético caso de que se hubieran refugiado en el
Estado de la Ciudad del Vaticano".
En el tema financiero, el secretario de Estado de
la Santa Sede destacó la actualización de las normas sobre confiscación,
"reforzada por la introducción de la medida de bloqueo preventivo de los
bienes", aseveró (Fuente: EFE).
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