Para
amar a nuestra madre tierra hay que conocerla y para conocerla hay que caminar
por senderos que no conocemos, abrir
vías, dialogar con sus moradores, saborear el fruto de sus entrañas.
Urpi quiere
acompañarles en este proceso que nos revelará lo que somos y lo que aspiramos
ser.
Como
segunda entrega, Urpi nos invita a
visitar la Huaca Pucllana (lugar del juego en quechua), perteneciente a la
cultura Rímac o Lima. Llamada por mucho tiempo Huaca Juliana, se encuentra
en el actual distrito de Miraflores.
Miraflores
es uno de los 43 distritos que forman parte de la provincia de Lima, está
ubicado en el centro sur del cono urbano de Lima Metropolitana. Limita al norte
con el distrito de San Isidro, al este con los distritos de Surquillo y
Santiago de Surco, al sur con Barranco y al oeste con el océano Pacífico.
Este importante centro ceremonial, que empezó a ser recuperado por el
gobierno local a partir del año 1967,
nos muestra cómo vivieron los habitantes de esta localidad durante los
siglos V y VII de nuestra era.
El núcleo principal del centro ceremonial en la
Huaca Pucllana es una estructura piramidal trunca y escalonada de denominada la
Gran Pirámide.
Un conjunto de sistemas de recintos y plazas con
banquetas, a las que se les atribuye funciones más ligadas a lo administrativo
que lo religioso, está localizado en el área baja de la Huaca Pucllana.
La
cerámica hallada en Pucllana tuvo dos funciones: la doméstica y la ritual.
La
cerámica doméstica estaba constituida por vasijas sencillas elaboradas con una
pasta de color marrón, con manchas
negras. La mayoría de platos están hechos con una pasta color naranja, lo mismo
que los cántaros para contener líquidos y granos.
En
cuanto al tejido, los moradores de Pucllana usaron una técnica sencilla que fue
aplicada a las cosas más necesarias para la vida cotidiana. Sus tejedores
utilizaron para las confecciones textiles fibras vegetales como el algodón y la
de fibra de animales como la llama y la alpaca.
Cuando
el imperio Wari, proveniente de Ayacucho, dominó la costa central del Perú en
el siglo VIII, el centro ceremonial de Pucllana fue abandonado y sellado.
En
el extremo sur de la Huaca Pucllana sirvió como
cementerio para enterrar a los miembros de la elite de este centro. Los
cuerpos eran enterrados en telas sencillas, con algunas vestimentas o prendas
en la cabeza, colocados sobre una camilla de cañas y maderas con algunos
objetos que el difunto usó en vida o vasijas en miniatura.
*Despacho especial de Urpi Consultores que
sale los días martes desde el 5 de marzo del 2013.
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